Crítica escrita tras ver la primera temporada completa.
“Hulu” nos trae una nueva dosis de superhéroes de la “Marvel”. Parece ser que ni las productoras de cine y televisión, ni los propios espectadores se cansan de este subgénero. ¿Soy el único que nota que es ya un poco repetitiva la fórmula?
En fin, esta nueva variante cuenta con protagonistas adolescentes, en el típico instituto de turno. Al ser muy jóvenes, todos los actores son desconocidos por ahora. Pero entre los adultos tampoco hay caras demasiado reconocibles. A mí solo me suena una actriz que salió de secundaria en las últimas temporadas de “24” (la madre de Karolina), y el que le daba los inventos a Sydney Bristow en “Alias”.
El piloto es una mera presentación de personajes, aunque con el misterioso final de ese primer capítulo, da ganas de más. Al menos no sigue el típico esquema evolutivo del superhéroe, al tener un grupo de protagonistas y por el hecho de que los malos sean una especie de secta.
Hay algo de rollo adolescente, con los típicos problemas de adaptación a la sociedad. Cada vez es más normal (y más en este tipo de historias) encontrarnos con estos personajes que son “frikies” incluso cuando no usan los poderes. Aquí hay algo de eso, pero por suerte no se centran exclusivamente en ello, que para eso ya está “Por 13 razones” y el último “Spider-man”. Juega también un poco con la idea arquetípica de ver a los padres como el peor enemigo del mundo. Por lo menos no hay un mal uso del humor, ni siquiera hay mucho, diría yo, y eso es de agradecer en un año horrendo en ese sentido por culpa de los guardianes y de ese excremento llamado “Thor: Ragnarok”.
A partir del segundo episodio nos daremos cuenta de que no es una serie de superhéroes al uso y que la trama de la secta se pone cada vez más misteriosa e interesante. Me gusta eso de que cambien los puntos de vista entre jóvenes y adultos.
Además, juega con muchos géneros. Tiene hasta partes de puro espionaje, conspiración o ciencia ficción. También tenemos los típicos dramas familiares, como consecuencia de que estos chavales descubren que sus padres no son trigo limpio.
Realmente, el tema de los poderes de los personajes queda casi en un segundo plano a medida que avanza la temporada, ya que no pueden usarlos siempre que quieran y además el argumento se centra en las otras tramas. Si tuviera que compararla con alguna otra serie, diría que a la que más se parece es a “Héroes”, dentro de lo que cabe.
Pues eso es lo que se podría decir de una primera impresión, pero por desgracia, una vez visto los 10 episodios, tengo que decir que en conjunto me ha parecido un poco mediocre.
Hay un grave estancamiento argumental a partir del sexto episodio. Es un importante bajón de ritmo que la vuelve muy poco destacable, por decantarse por tramas superficiales en plan baile del instituto, rollos amorosos y ese tipo de cosas.
Luego, en los últimos episodios, parece que va a remontar, con lo que promete ser un despliegue de efectos especiales y acción una vez que llega el enfrentamiento final. Sin embargo, en mi opinión se les ha quedado algo descafeinado. Eso sí, por lo menos cobra sentido el extraño título de la serie, y todo da a entender que será en la segunda temporada cuando ya se desarrolle la historia de verdad. Aunque doy por supuesto que a la hora de la verdad, seguirá teniendo un ritmo lento y un fuerte estilo juvenil.
Tengo clarísimo que, a pesar de que han sabido más o menos enganchar con los primeros capítulos, esta no es una de las mejores series de la nueva cosecha de esta temporada ni muchísimo menos. Pero me gusta lo suficiente como para seguir viéndola hasta que termine o sea cancelada, claro, que nunca se sabe.
Solo se la recomendaría a “fans” a ultranza de “Marvel”, o a aficionados a las series con mucho tiempo libre como para no ser algo más selectivos, como es mi caso.