Maravillosa película, digna de todas las buenas críticas y premios que recibió en su momento.
Todo en ella es de muy alta calidad. Pero sobre todo es la interpretación de Tom Hanks la que encumbra esta obra maestra. De hecho, su carrera despegó como un cohete a partir de que le diera vida a este tonto del pueblo, que pasa por mil situaciones distintas a lo largo de toda su vida.
Recorremos muchos aspectos de la vida: drama, comedia, amistad, amor, pérdidas, tristezas y alegrías. También vemos muchos acontecimientos históricos de Estados Unidos en 3 ó 4 decadas, adornados por una estupenda música, tanto las canciones como la banda sonora de Alan Silvestri.
El ritmo es bastante frenético. Pasan muchísimas cosas a lo largo del metraje, y la mayoría de las escenas son geniales, con diálogos y situaciones que permanecen en el recuerdo. Es por ello que esta película no basta con verla una vez. Es para disfrutarla y saborearla una y otra y otra vez, sin llegar nunca a cansar.
Un film de los que llegan a lo más profundo, incluso del inconsciente colectivo. Una película de las que todo el mundo conoce y ha visto alguna vez, incluso los no cinéfilos. Y esto no se puede decir de cualquiera, independientemente del número de Óscar y nominaciones que tenga.
¡Te queremos, Forrest!