Con el prólogo, da la sensación de ser la típica película de monstruo que va matando personajes por turnos hasta que solo quede el que se salva, pero no es así.
La película es bastante lenta para lo que cuenta y para lo que dura, pero por lo menos ahí tenemos a la creíble Keri Russell en un papel dramático y triste. La actriz encaja bien en el género de terror, aunque no lo haya tocado mucho.
El film está más o menos bien contado y como mínimo pica la curiosidad por ver lo que le pasa al niño y qué es y de dónde viene el monstruo de turno. Y no tira por el susto fácil, creando poco a poco una buena atmósfera, que por momentos yo diría más cercana al thriller que al terror puro y duro.
Me ha gustado la explicación de la leyenda (con ese Graham Greene ya muy mayor), que no es lo mismo de siempre.
Al final, resulta ser una película entretenida, aunque algo alejada de la vertiente más comercial del género. No es notable y podría haber estado mejor, pero yo creo que por lo menos se echa el rato viéndole, aunque tampoco asuste demasiado a pesar del retorcido diseño del monstruo, aspecto donde más se nota la mano de Guillermo del Toro, que anda por ahí como productor.