Me llamó mucho la atención Jodie Comer con su participación en “El último duelo”. Cuando vi esa película no recordaba que ya la había visto en “La princesa blanca” y que también me había gustado mucho. Pero desde luego, si queremos disfrutar de su actuación, no hay que perderse esta interesante serie que he descubierto tarde. Aunque lo bueno de eso, es que en este momento ya tengo las cuatro temporadas completas para ver. Y dicen por ahí que ya no va a haber más. Así que no me quejo.
Comer es aquí una asesina a sueldo internacional. Es fría, letal, eficiente y muy inteligente. Desde Londres, es investigada por Eve (Sandra Oh), una agente británica bastante atípica y sin glamour alguno. Ambas mujeres tienen un auténtico duelo de inteligencia en esta persecución que transcurre por muchos países y que nunca parece terminar, dada la astucia de la asesina.
Reconozco que esta premisa suena a ya vista. No es una idea que rompa moldes ni sea revolucionaria. Pero el desarrollo de la historia, el reparto, la realización y la forma en la que te atrapa, sí que conforman una serie muy interesante y a tener en cuenta. “Killing Eve” es de las que te atrapan, y como cada temporada solo consta de 8 episodios de duración estándar (40 minutos), es fácil dejarse enganchar mucho y verla en relativamente poco tiempo.
Las actrices principales y sus personajes, son muy convincentes, pero también lo es la historia. Se nota que hay un buen equipo de realización y de guion detrás, como debe ser en los tiempos que corren, donde hay que currárselo para que una serie tenga un mínimo de poso entre la ingente oferta que hay.
Es una serie ejemplar en cuanto a todos sus elementos, perfecta para enganchar al espectador desde el primer momento. El ritmo es perfecto.
Además, tiene un toque de humor negro, pero en tan pequeñas dosis, que no me molesta nada en absoluto.

Matizo mi crítica y le bajo la nota tras ver las cuatro temporadas (ver spoilers).