Narra la metamorfosis de una buena chica hacia una vida descontrolada de alcohol, drogas, sexo y mala conducta en general.
No es una apología del desfase como otras, sino todo lo contrario. El descuido en la atención paterna y sobre todo las malas influencias, pueden llegar a ser nefastas en una persona que está forjando su personalidad. Y si no que se lo digan a esta madre, interpretada por una genial Holly Hunter, que transmite a la perfección el amor y el sufrimiento de su personaje.
Las actrices jóvenes también encajan bien, especialmente la protagonista. La que hemos conocido muchísimo años después en "Westworld", ya apuntaba maneras de buena actriz en esta película.
Como curiosidad, se puede decir que carece de un argumento elaborado, mostrándonos simplemente la vida cotidiana de estas chicas que se meten en una espiral de "gamberradas" (por llamarlo de alguna manera) que son cada vez peores.
Algunas escenas sobrepasan el límite de lo que hoy en día se considera políticamente incorrecto. Viendo el estilo del Hollywood actual (2018), y aunque no es demasiado antigua, creo que hoy habrían evitado de alguna forma alguna de las secuencias más incómodas, que las hay.
Pero la película, sin tener un desarrollo argumental complejo ni mucho menos, engancha mucho por su realismo, sobre todo en los momentos más dramáticos. Esto podría pasar, y de hecho pasa, en cualquier familia de verdad. Las secuencias de discusiones familiares son muy intensas.
Me parece un drama muy interesante y especialmente bien interpretado, que supone un cierto estudio psicológico del veleidoso (y en ocasiones muy peligroso) comportamiento de algunos adolescentes.