La situación y algunos personajes, contrastan con este auténtico embrollo en plan "Jo, qué noche". El humor es negrísimo pero, curiosamente, el tono y enfoque son por el contrario un tanto serios.
Uno no sabe bien si reírse o sufrir con estos juerguistas, un tanto mayorcitos para estar tan desmadrados. La película tiene también secuencias de suspense o thriller, así que resulta un poco inclasificable.
Christian Slater parece un tipo normal y corriente, que en realidad es un "mente fría" que da un poco de miedo. Pero diría que el que mejor actúa aquí es Leland Orser, el que está más nervioso de todos, y con razón.
El film me resulta muy entretenido, tanto que lo he visto varias veces. Como en el cine de Quentin Tarantino, nunca te esperarías lo que va a pasar ni las reacciones de unos personajes insulsos puestos al límite.
La escena más divertida para mi gusto es cuando el padre de familia entra en la tienda de la gasolinera.
Y el final ya es una auténtica rayada mental, para desgracia de Cameron Díaz. Desde luego no creo que la película se la pueda tomar nadie en serio, a pesar de estar disfrazada de thriller.