Se puede pensar (y con razón) que las películas de época en palacios de la realeza británica son todas muy parecidas entre sí. Pero eso también pasa en el género de mafia y no es impedimento para que casi todas ellas sean buenas o incluso muy buenas, que no es el caso.
Aquí, además, para variar, el juego de tronos se establece entre dos mujeres muy fuertes y de gran carácter.
La religión tiene tanta importancia en el conflicto como el poder terrenal, lo cual siempre es interesante a nivel histórico, por mucho que me hierva la sangre semejante hipocresía a ojos del siglo XXI.
La elección del reparto está a la altura de las circunstancias. Saoirse Ronan y Margot Robbie son aún jóvenes pero ya tienen experiencia y demostrado talento como para encarnar perfectamente a estas dos reinas. Sobre todo me ha gustado Margot Robbie como Isabel. Ya tenía claro que esta actriz es mucho más que una cara guapa, pero todavía me lo confirma más con este trabajo.
Esa norma típica del género según la cual hay calidad en la música, vestuarios, decorados y fotografía, se cumple a rajatabla.
Las intrigas son las habituales, quizás algo menos intensas que en otras películas y series (apenas vemos una escaramuza en esta guerra, y poca violencia). Pero siempre es entretenido ver la corrupción y juegos de poder humanos, una cosa que siempre ha sido independiente de la época.
Hay que reconocer que tiene ciertos tramos lentos, y que prácticamente solo hay diálogo en toda la película. Está bien, pero las hay mejores.