Normalmente, cuando una película tiene buenas críticas y a mí me parece un excremento putrefacto, escribo una larga crítica razonando mi opinión desde el respeto a los que les ha gustado. Pero en este caso no me voy a enrollar excesivamente, porque no me merece la pena.
Es una comedia (absolutamente sin la más mínima gracia), hecha con tono serio. Y ya sabemos cómo suelen ser este tipo de parodias “serias” del cine de acción, exactamente como las vomitivas “Wanted”, “Shoot’em up”, “Crank”, o los peores abortos de Robert Rodríguez tipo “Machete kills”, por poner algunos casos.
No me entra en mi cuadriculado cerebro que se haya alabado a esta cosa, sobre todo en páginas webs y revistas especializadas, si no es porque les han pagado para hablar bien de ella.
Porque no sé qué aliciente puede tener ver a Samuel L. Jackson ceceando como un imbécil, una villana con cuchillas por pies y a un protagonista adolescente haciendo mil tonterías. También tenemos a un Colin Firth que pega aquí lo mismo que Jason Statham en un drama romántico. Todo ello adecentado por una banda sonora épica (sin el más mínimo tono cómico que debería tener) que plagia a la de “Los vengadores” e intenta que el público se flipe con una estupidez que debe todo su argumento a las películas de James Bond.
Las peleas, con coreografías imposibles, están hechas con un estilo “molón” que se supone que es espectacular, pero que en realidad son secuencias tan inverosímiles que rompen la suspensión de incredulidad, dejándome con la sensación absoluta de que me están tomando el pelo.
En cuanto al director, me da igual lo que haga y quien sea. Su única película buena hasta la fecha es la de la primera generación de mutantes, lo cual no tiene mérito alguno porque es casi imposible hacerlo mal con un guión de estos héroes de “Marvel”.
En fin, me ha resultado tan de vergüenza ajena que tengo que confesar que no he sido capaz de terminarla de ver.
Y como no me parece nada justo que hablen tan bien de ella, le pongo incluso un punto menos de lo que le tenía pensado ponerle. Anda y que le zurzan.