Con un diseño de producción superior, más personajes y sobre todo mucha más acción y efectos, esta evolución de la saga pone a Kate Beckinsale en el podio de las heroínas del cine.
Cuenta además con la presencia de ni más ni menos que Derek Jacobi como un viejo vampiro guardián de un importante secreto.
Desarrolla también la relación de amor imposible con Michael.
Y es que si tiene algo bueno esta segunda parte es que no se limita a aprovecharse del éxito de la primera, sino que es mejor en todos sus aspectos. Además, el argumento tira más hacia la acción, dejando un poco más de lado todas las intrigas entre las dos razas. Aún así, hay un interesante flashback que recupera algunos personajes y nos da más explicaciones de este fascinante "inframundo".
El vampiro Marcus está muy bien hecho y derrocha poder, sin ser el típico vampiro. Ofrece una espectacular persecución a un camión y un gran final de fiesta en una antigua fortaleza en ruinas, con la vistosa escena del helicóptero.
Una buena continuación, que sin embargo tiene un pequeño defecto. Me refiero a que es absolutamente imposible verla de manera independiente a su predecesora, pues en caso contrario no entenderemos nada de nada. El prólogo recordatorio es insuficiente, y es imprescindible ver antes la primera, e incluso tenerla fresca en la memoria. De otra forma no se puede comprender ni disfrutar.
También es muy de agradecer que se mantengan todos los personajes con los mismos actores. De esta manera, queda como un nuevo capítulo, como si fuera una serie, mucho más que como una película aparte.