Los secuestros en el cine están más vistos que el tebeo. La carta con la que juega esta película para intentar destacar en un trillado subgénero, es el buen trabajo de Mel Gibson, básicamente. Gracias al actor, la película está un poquito mejor de lo que habría estado si la hubiera hecho algún otro, ya que el de “Arma letal” aporta la suficiente intensidad a su personaje (un sufrido padre) como para que merezca la pena verla.
Hay un giro de guion relativamente bueno, pero desgraciadamente metieron la pata con la promoción, incluyéndolo en el tráiler y eliminando toda la sorpresa que podría haber dado el no saberlo previamente. ¡Por Dios, no hagáis “spoilers” en los anuncios que se echa todo a perder!
Rene Russo, Delroy Lindo y los malos también hacen un buen papel, aunque me resulta un poquito difícil empatizar con los sufridos padres, porque en todo momento tengo la sensación de “deja vu” y de que todo va a salir bien. Los malos no son excesivamente malvados y consiguen hacerme temer por la vida del niño.
En resumen, es una película muy tópica, algo previsible a pesar de su giro, con las dosis justas de suspense y emoción, pero que con el buen hacer de Gibson consigue salir del paso, e incluso de la medianía.