Es muy curioso. Esa frase está sacada de la película y no podría venir mejor al pelo de lo que pienso de ella.
Como “El quinto elemento” es una película bastante irregular (aunque me guste) y otros títulos de Besson dejan bastante que desear (“Adele y el misterio de la momia”, por ejemplo), viendo el tráiler de “Valerian” uno podría esperarse un bodrio. Me temía que iba a estar bastante peor, y puede que por eso me haya gustado, o al menos le pueda dar el aprobado, porque tampoco es que sea la película del verano o el pelotazo que también podría haber sido.
En el diseño de producción, es una auténtica pasada. El derroche de efectos especiales, localizaciones, extraterrestres, naves, vehículos, extraños vestuarios, artilugios y gráficos por ordenador es bestial. Uno no da abasto para asimilar todo lo que aparece en pantalla. Se nota que tiene mucha gente trabajando en pensar que nueva virguería nos van a mostrar, aunque no sé si será demasiado fiel al cómic. Es apabullante, pero no hace falta tener muchas luces para darse cuenta de que todo es simplemente un adorno para un argumento simple y que no reinventa la ciencia ficción.
Pero tengo que reconocer que me gusta, y si uno se deja llevar de la mano de Besson se puede llegar a disfrutar bastante con este mundo fantástico. Tiene muchas escenas espectaculares, como las que son bajo el agua, o el prólogo en ese planeta paradisíaco.
Lo malo es que la película da una de cal y otra de arena. Siguiendo el particular (y en el fondo no demasiado comercial) estilo de este cineasta galo, “Valerian” falla en el ritmo (tiene menos acción de la que me gustaría) y sobre todo en la misma lacra que llevamos sufriendo muchos años en muchas (yo diría que demasiadas) producciones de gran presupuesto.
Me refiero al humor. Una vez más, no puedo con él. Estoy hasta las narices del infantilismo, de los chistes malos, del humor pésimo que da tanta vergüenza que a veces te dan hasta ganas de dejar de ver la película. Aquí tenemos que soportar algo de eso, como por ejemplo en el escenario de los “sapos” que pescan a Laureline. También algunos bichos y personajes están solamente diseñados para intentar, y digo intentar, hacer gracia. Sin embargo, tengo que reconocer que esta vez, la comedia horrible (porque es espantosa) que salpica el film, no ha conseguido que deje de gustarme del todo.
De los pocos que no están digitalizados, la joven pareja protagonista tiene algo de química, pero en el fondo son personajes muy estereotípicos. Cara bonita (es más facil decirle eso que intentar escribir su apellido) luce palmito y modelos pensados para ella y poco más. Esta chica parece que está un poco enchufada en el cine y que quiere hacer de todo gracias a su fama y éxito como modelo, porque hasta ha cantado un tema de la banda sonora. El villano, que es Clive Owen, no me dice gran cosa en su actuación. Aquí importan más los efectos especiales, claro está.
Yo diría que la mejor aparición en pantalla es la de Rihanna, el show de baile que hace es digno de ver. Como decía Shakira cuando colaboró con ella haciendo una canción: “esta mujer es sexy desde que se levanta hasta que se acuesta”. Es curioso, seguramente esto sea lo que mejor recuerde de la película cuando pase más tiempo, igual que nos pasa a muchos con la soprano pitufo de “El quinto elemento”.
En fin, es una película con la que me he divertido mucho (en algunas escenas), que me ha dado ganas de tirarle tomates con su humor espantoso y que otras veces es hasta aburrida (excesivos diálogos en la parte final con los extraterrestres de piel lisa, para explicar algo que no merece tantas frases). Es un poco irregular.
Pero, como me la esperaba muchísimo peor y por lo menos la parte fantástica sí que merece la pena, he decidido ponerle un 6.