La verdad es que esta película no merece un comentario muy extenso, pues no deja de ser un "slasher" clónico, muy parecido a los que surgieron en la moda de "Scream", que en el fondo eran todos iguales. Esto le da un cierto tufillo a estar pasada de moda, aunque en realidad no me ha parecido mala del todo, y menos por eso.
Me ha gustado la ambientación en esta feria del terror, que es relativamente original y muy divertida. Las atracciones y los figurantes están bien, y dan más de un susto (más por lo brusco de su aparición que por miedo real).
En su contra, los personajes son planos, superficiales y un poco tontos, pero esto ya viene de serie con el género.
Los asesinatos no son demasiado violentos por lo general, aunque hay uno en particular que si llega a dar ganas de taparse la cara para no verlo. Algo es algo.
Como curiosidad, hay una aparición de Tony Todd, que al igual que le pasa a Robert Englund, es un actor muy asociado al terror de serie B. Siempre tiene un halo siniestro el que hizo de Candyman, que también salía en el remake de "La noche de los muertos vivientes" y en "Destino final".
Es una de esas de terror que, aun sabiendo que es mediocre como mucho, me resulta bastante entretenida mientras voy viendo morir a las víctimas, y correr a los supervivientes.
Solo sirve para echar un rato (corto), y que se te olvide al cabo de una semana de haberla visto.