Mi primera impresión con esta película fue totalmente equivocada.
Me pareció muy pesada y lenta, en contraste con la gran película de acción que estaba esperando ver. Tras haberla visto varias veces, llego a la conclusión de que el problema era mío. La película es buena, pero hay que saber conectar con ella viéndola como lo que es: una historia dramática centrada en los personajes, que va a su ritmo.
La dirección de actores y de fotografía es impecable. El reparto que encontramos aquí es irreprochable. Robert de Niro y Al Pacino juntos por primera vez. Estos dos grandísimos actores de carreras similares (apellido italiano, edad parecida, curtidos ampliamente en el cine de mafia y habiendo participado en sus comienzos en la trilogía de "El padrino") llevan el mayor peso interpretativo. También hay muchos actores famosos como secundarios. Hasta Val Kilmer, un actor caído en desgracia en su carrera, está bien aquí.
Destacan mucho las dos escenas de atracos, con tiroteo incluido. La contienda entre ladrones y policías es brutal, y se lleva a cabo en mitad de la calle y a plena luz del día. La secuencia es impactante, sobre todo por la calidad del sonido, que se te mete en el cuerpo y te introduce mucho en la acción.
En su contra, que el desarrollo argumental es quizás un poco simple. No es ni más ni menos que una de policías y ladrones en la que la originalidad brilla un poco por su ausencia. Esto está compensado por todas las historias personales de los personajes, con sus penas y miserias.
Así que es una película buena, sin duda. Pero incluso después de haber cambiado mi opinión tras mi errónea decepción de la primera vez, no dejo de pensar que su duración es excesiva. Para contar esto, no hacían falta las 2 horas y 43 minutos que tarda en llegar al final.
También se echa en falta más escenas compartidas entre estos dos monstruos de la actuación, pues la verdad es que coinciden poco en pantalla.