Salvo pocas excepciones (de las que ahora mismo no recuerdo ninguna), las películas de juicios suelen ser bastante aburridas… a menos que sean adaptaciones de novelas de John Grisham.
Este título es un poco tardío respecto al “boom” de adaptaciones que surgieron en la época de los 90. Sí que mantiene las características habituales: un gran reparto y un argumento muy interesante a pesar de desarrollarse en los tribunales de justicia.
Además, el director Gary Fleder ha sabido imprimir un ritmo bastante bueno, así como sacar lo mejor de sus actores. De esta forma, “El jurado” es directamente uno de los mejores traslados a pantalla de las obras de este famoso escritor.
Gene Hackman (en uno de sus últimos papeles antes de su retiro) se enfrenta a Dustin Hoffman. El duelo verbal que mantienen en la escena del servicio es una de las mejores secuencias del film.
Todo el reparto está lleno de caras que conocemos de haber visto en otras películas, aunque no sepamos ponerles nombre.
Toda la trama de manipulación del jurado mantiene bastante el interés, pues este juego de poder se desarrolla tanto desde la defensa como dentro del mismo jurado.
Da un poco de miedo que esto pudiera pasar en la realidad, pues si ya uno tiene poca confianza en el sistema judicial de los países occidentales, con esto ya se echa todo a perder.
Sin embargo, la trama tiene algunos momentos poco creíbles, pues los planes del protagonista siempre le salen bien, aunque no tuviera forma de saber a priori los puntos débiles de cada miembro del jurado. Pero bueno, eso pasa en muchas películas.
El argumento cuenta también con más de una sorpresa, lo que siempre es de agradecer en este tipo de películas.
El guion plantea, aparte de la posibilidad de que el sistema judicial se pueda corromper fácilmente, el eterno debate de las armas en Estados Unidos. Se toca el delicado asunto de que allí prácticamente se pueden comprar pistolas en los grandes almacenes, y luego pasa lo que pasa.
En definitiva, una película muy completa y que rompe completamente con el tópico de que las de juicios son tediosas. Que los que hagan de este género aprendan de John Grisham y de historias como esta.