El mundo de la droga desde todos los puntos de vista posibles, con diversas tramas aparentemente independientes pero que enlaza a todos los personajes unos con otros.
A destacar el buen trabajo que desarrollan todos los actores que aparecen, sobre todo Benicio del Toro en las escenas mexicanas. Michael Douglas también está muy correcto en su papel, sin menospreciar a Erika Christensen como su hija adicta.
El montaje y dirección son de quitarse el sombrero. Pero se le puede achacar que su duración es excesiva, a veces prolongando diálogos o planos mucho más de lo necesario.
Ganó en la edición de los Óscar, y creo que se los merecía.