Podría haber sido la típica película veraniega de animales asesinos, cambiando tiburones por reptiles. Podría ser una repetición de clichés, previsible y olvidada a los tres días.
Pero tanto Alexandre Aja como Kaya Scodelario no dan puntada sin hilo.
El director logra un buen trabajo de acción, supervivencia y terror. Hay buena fotografía, realización y efectos especiales. Está realmente bien hecha, y además transmite emoción y tensión casi de principio a fin. Las situaciones están bastante conseguidas, aunque al principio parece que el sótano no va a dar mucho juego y que va a ser repetitiva, pero por suerte no es así.
En cuando a la actriz de extraño apellido, me quito el sombrero. No exagero, pero hace un auténtico papelón, con muchos registros y expresividad. Ya me llamó la atención en la quinta de los piratas, pero aquí la muchacha se sale por los cuatro costados.
Barry Pepper también lo hace muy bien, pero de él sí que me lo esperaba. El francotirador que salvó al soldado Ryan, tiene un personaje aquí mucho más importante que en la mayor parte de su filmografía.
Y la cosa no va solo de salvarse de los bichos. Hay un trasfondo de superación y de relaciones familiares para que los personajes principales no sean muy planos y podamos empatizar con ellos.
Los animales dan miedo. Alexandre Aja ofrece algunos momentos impresionantes, y con “gore”, aunque un tanto contenido para lo que es su estilo habitual.
La película está francamente bien y creo que no es una de bichos más. Será eso, o simplemente que me esperaba tan poco, que con la grata sorpresa la veo aún mejor de lo que es. En cualquier caso, me ha gustado mucho.