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Voto de El_Chacal_Beat:
10
7,1
102.150
Drama. Comedia
Bob Harris, un actor norteamericano en decadencia, acepta una oferta para hacer un anuncio de whisky japonés en Tokio. Está atravesando una aguda crisis y pasa gran parte del tiempo libre en el bar del hotel. Y, precisamente allí, conoce a Charlotte, una joven casada con un fotógrafo que ha ido a Tokio a hacer un reportaje; pero mientras él trabaja, su mujer se aburre mortalmente. Además del aturdimiento que les producen las imágenes y ... [+]
25 de agosto de 2009
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sofi me cae de “puta madre”. Que gustazo el día que decidió ser directora de cine, y no cantante, actriz o diseñadora de modas. Imagino que, después de chutarse toda la filmografía de su padre, entre muchos otros directores, le entró ese cosquilleo que uno tiene cuando siente que ha encontrado el proyecto de su vida, por llamarlo de alguna manera, que eso es lo de menos. Así, prosigo, la querida Coppola se dispuso a comenzar su vituperada carrera hasta el día de hoy, a punto de comenzar su cuarto filme.
Cuando realizó “Lost in translation” (su mejor obra, creo yo), la crítica fue unánime y magnánima con ella. La ensalzaron a niveles insospechados. La llamaron una “Obra Maestra”. Sospecho que fué un gran orgullo para su padre, que para esas fechas ya no hacía cine tan rotundo y hermoso como la trilogía de “El Padrino”, o “Apocalypse Now”. La cúspide ya la alcanzo, la cima de su montaña rusa esta intocable; ahora, cási estoy seguro que Francis quedó deslumbrado al contemplar el segundo largometraje de su hija como directora. Y un gran porcentaje de cinéfilos también quedaron maravillados, yo incluído. Y pensamos en viajar a Japón, en curiosear su cultura, en cantar en un karaoke, o lo que es igual, en vivirla de un modo tán humano y sincero como lo hicieron Murray, Johansson y compañía. Para un amigo fué la película de su vida, y lo dijo con un orgullo digno del mejor poeta de todos los tiempos. ¿Cuántos se pueden jactar de lo mismo?
Sin embargo, no todo el público se decantó como la crítica lo anunciaba. La tacharon de aburrida, de pedante, de pretenciosa, de vacía, de tonta, de burlarse de una cultura ajena, de espantosa, de insípida, de mierda… que se yo. Supongo que sus detractores ya han usado todos los adjetivos negativos existentes en la faz de la tierra. Hasta los del idioma élfico. Y si a un amigo le cambio la vida, y como hay equidad en éste mundo, pues a otro amigo le espanto sobremanera, casi jurando que, a quienes nos inspiró para bien, estábamos una copa de más al momento de su revisión. El dice que es desastrosa y tonta. Y respeto y admiro ese punto de vista, aunque desde luego, no lo comparto.
(Continua en spoiler)
Cuando realizó “Lost in translation” (su mejor obra, creo yo), la crítica fue unánime y magnánima con ella. La ensalzaron a niveles insospechados. La llamaron una “Obra Maestra”. Sospecho que fué un gran orgullo para su padre, que para esas fechas ya no hacía cine tan rotundo y hermoso como la trilogía de “El Padrino”, o “Apocalypse Now”. La cúspide ya la alcanzo, la cima de su montaña rusa esta intocable; ahora, cási estoy seguro que Francis quedó deslumbrado al contemplar el segundo largometraje de su hija como directora. Y un gran porcentaje de cinéfilos también quedaron maravillados, yo incluído. Y pensamos en viajar a Japón, en curiosear su cultura, en cantar en un karaoke, o lo que es igual, en vivirla de un modo tán humano y sincero como lo hicieron Murray, Johansson y compañía. Para un amigo fué la película de su vida, y lo dijo con un orgullo digno del mejor poeta de todos los tiempos. ¿Cuántos se pueden jactar de lo mismo?
Sin embargo, no todo el público se decantó como la crítica lo anunciaba. La tacharon de aburrida, de pedante, de pretenciosa, de vacía, de tonta, de burlarse de una cultura ajena, de espantosa, de insípida, de mierda… que se yo. Supongo que sus detractores ya han usado todos los adjetivos negativos existentes en la faz de la tierra. Hasta los del idioma élfico. Y si a un amigo le cambio la vida, y como hay equidad en éste mundo, pues a otro amigo le espanto sobremanera, casi jurando que, a quienes nos inspiró para bien, estábamos una copa de más al momento de su revisión. El dice que es desastrosa y tonta. Y respeto y admiro ese punto de vista, aunque desde luego, no lo comparto.
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Y es que todos merecemos respeto a la hora de contar lo que nos es prioritario. Incluso si se es una pija hija de papi que ve de intelectual y moderna por aquí y por allá. Si lo hace con el corazón, bienvenido sea. Si le importa un rábano la pobreza en Inglaterra, los traumas ontológicos sobre la condición humana y el deber ser o las historias de venganza, culpa y redención en el estilo más clásico, y lo que en verdad le atormenta el alma es contar (a su particular modo) la vivencia de una niña bien y sus problemas existenciales a la hora de comprar ropa de diseñador, pues adelante. Que de antemano no pretende gustar a todos, su pensar lo plasma como ha aprendido y quiere hacerlo, libre de escuelas, aunque con influencias inherentes y necesarias. Eso se puede describir e interpretar como una forma de humildad. Y eso vale mucho más, que productos de artificio sin una pizca de sentimiento por parte del creador, que las emociones son imprescindibles en el campo del “Arte”, sea cual sea éste.
He tenido grandes debates por ella, y los seguiré teniendo después. El hecho es que me encanta “Lost in translation”, me asombra ese modo de ver las cosas, y me llega plenamente. Porque veo mucha sinceridad. Porque veo mucha honestidad. Porque lo que aquí nos cuenta Sofía, no los cuenta desde su interior, es un trabajo hecho de sentimiento total. De emoción que perdura pasado las centurias.
Un compañero dice que ella es un mal, quizás, pero un mal necesario si yo le sigo el juego.
Que lo que en verdad me interesa comentarles finalmente, sin intentar aleccionar o usar el tópico de la fábula del nuevo traje del emperador, y sobretodo sin imponer esta humilde opinión es, tan solo, decirles que ésta película me conquisto aquel día que la ví por primera vez, y cuyas enternecedoras y mágicas imágenes jamás pude olvidar de mi mente, a cási un lustro de haberme enamorado de ella.
He tenido grandes debates por ella, y los seguiré teniendo después. El hecho es que me encanta “Lost in translation”, me asombra ese modo de ver las cosas, y me llega plenamente. Porque veo mucha sinceridad. Porque veo mucha honestidad. Porque lo que aquí nos cuenta Sofía, no los cuenta desde su interior, es un trabajo hecho de sentimiento total. De emoción que perdura pasado las centurias.
Un compañero dice que ella es un mal, quizás, pero un mal necesario si yo le sigo el juego.
Que lo que en verdad me interesa comentarles finalmente, sin intentar aleccionar o usar el tópico de la fábula del nuevo traje del emperador, y sobretodo sin imponer esta humilde opinión es, tan solo, decirles que ésta película me conquisto aquel día que la ví por primera vez, y cuyas enternecedoras y mágicas imágenes jamás pude olvidar de mi mente, a cási un lustro de haberme enamorado de ella.