Por curiosidad acabo de echar un vistazo al cuento original de Maurice Sendak en el que se basa la película. Es una historia muy simple y educativa y el mensaje de la fábula queda tal vez más explícito que en el filme. Supongo que a algunos adultos no les gustará el comportamiento del niño en la película y considerarán que la cinta no es lo suficientemente clara en su mensaje.

Otros, como yo, agradecerán que Spike Jonze no haya remarcado en exceso los aspectos sensibleros y aleccionadores como suele ocurrir en los filmes aptos para todos los públicos. Es posible que la película tenga un tono demasiado melancólico o pausado para los chavales, pero también tiene, en gran medida, la lógica de un niño, con lo que puede incluso entusiasmar a algunos de ellos, si bien supongo que no será a la mayoría.

En todo caso se trata de un filme admirable ya que era difícil realizar un largometraje de un texto tan corto y lograr mantener el interés con una historia tan sencilla. Aunque quizá hay demasiados conflictos surgidos "de la nada" Jonze lo presenta como una metáfora de las inquietudes del niño y consigue que nos emocionemos en más de un momento. El uso de los efectos especiales tradicionales ayuda, sin duda, en contraposición con el estreno tecnológico de la semana, Avatar, que aún no he visto, pero no sé si transmitirá la misma calidez y sensación de realidad.

El uso de la banda sonora y la introducción de bromas "salvajes" en los momentos emotivos evitan que se caiga en un exceso de azúcar, aunque el tono general del filme sea quizá demasiado "lastimero".

A pesar de que los monstruos están muy bien realizados y resultan entrañables el mejor personaje de la película es el niño, que ofrece una interpretación ejemplar que rivaliza con la de Jodelle Ferland en "Tideland", otra película incomprendida.