Para el típico americano (quizás topico y seguramente no) que no sabe localizar Australia en el mapamundi, esta película tendría la posibilidad de parecerle entretenida, siempre, claro está, que el susodicho yanki esté tan pedo como dionisos. Mala es poco, malísima se queda corta, infamia de la humanidad quizás se lo haga recordar a alguien. Cero cero cero, y no es la identidad del agente encarnado por un Tom Cruise que parece no saber que un agente secreto no puede ir dando volantazos por un puerto de montaña en un deportivo mientras persigue por motivos poco morales a otra desastrosa agente, por la discreción y esas cosas. Recomendación; si su hijo comete el delito de alquilarla en el video club (qué se le va a hacer ,la juventud es así) ignore cualquier ética o principio y haga una pira como las de los nazis con los libros; notará una curiosa sensación liberatoria.