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Reino Unido Reino Unido · Birmingham
Voto de Peaky Boy:
8
Drama. Bélico. Romance En Polonia, concluida la Segunda Guerra Mundial, la situación política y social es caótica. El idealismo cede el paso a diversas formas de anarquía y extremismo. El protagonista, un joven que milita en un grupo ultranacionalista, recibe el encargo de asesinar a un importante comunista; pero, cuando el joven encuentra el amor, en pocas horas sus certezas comienzan a convertirse en dudas. (FILMAFFINITY)
21 de octubre de 2013
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar del cine de Andrzej Wajda es hablar de un movimiento revolucionario. Catalogado como el padre del cine moderno polaco, es el creador de algunas de las más importantes obras del país. Su inconformismo lo llevó a convertirse en objetivo de censores durante mucho tiempo, adversidad que, por otro lado, no le impidió sortear la “tijera” en más de una ocasión, de lo que es claro ejemplo, Cenizas Y Diamantes.
Película que cierra la conocida como, trilogía de la guerra, iniciada con la ópera prima de Wajda, Generación, 1955, en la que se narra el inicio de la resistencia contra la ocupación nazi, y continuada en Kanal, 1957, que mostraba de qué manera se llevó a cabo esa resistencia.
Este último episodio marca un punto de inflexión al representar el límite entre dos épocas tan antagónicas como el final de la guerra y el principio del posterior cambio. Una etapa de transición, marcada por el caos y la desorientación de una población que se enfrenta a un duro proceso de reconstrucción. Precisamente la cinta transcurre entre el 8 de mayo de 1945, día de la rendición alemana, y el 9 de mayo, en el que la euforia de un principio de paz, da paso al terror por la entrada de un régimen opresor de inesperadas proporciones.
Adaptación de la novela homónima de Jerzy Andrzejewski que cuenta como dos miembros de un grupo ultranacionalista son reclutados para asesinar al secretario del comité del partido obrero polaco, tras un primer intento fallido que se saldó con la muerte de dos civiles, la pareja buscará completar su misión con la mayor eficiencia posible. Sólo la aparición de la bella Krystyna, hará que Maciek se plantee su futuro y el porqué de su lucha.
Maciek Chelmicki, genialmente interpretado por el que se convertiría de forma inmediata en todo un icono del cine, Zbigniew Cibulski, apodado como el James Dean polaco, no se imaginaba que esos consejos artísticos, que recibió del propio director para hacer su interpretación más desenfadada, como la estrella de Rebelde sin Causa, utilizando unas gafas de sol en todo momento, iban a causar semejante repercusión mediática. Unas gafas que como él mismo dice en el filme, “-Llevo gafas oscuras como recuerdo de mi amargo amor por la patria”, haciendo referencia a su participación en el Alzamiento de Varsovia, donde, él y su grupo, anduvieron por las alcantarillas de la capital polaca en su intento de atacar a los alemanes, hechos que se reflejan en la antes mencionada obra del realizador, Kanal.
Cibulski, al igual que su homólogo en Hollywood, murió muy joven en un trágico accidente de tren, hecho que condujo a Wajda a hacer un particular homenaje a su amigo con la película Wszystko na sprzedaz, 1969, traducida del inglés, ya que no tiene traducción oficial al español, como, Todo en venta.

Estéticamente la película consigue evolucionar con respecto a sus predecesoras, la narración de una historia que transcurre en apenas 24 horas, concentrando la mayor parte de la acción en una sola noche, así como la filmación en el interior del mismo hotel durante más de la mitad del metraje, infunden a la obra un atractivo teatral tan llamativo como eficazmente asfixiante. La fotografía en blanco y negro a cargo de Jerzy Wojcik, centrada en altos contrastes, claroscuros, contraluces y una profundidad de campo que, combinada con los planos picados y contrapicados y los travellings utilizados, otorgan al trabajo una belleza y potencia visual fuera de lo común, que alcanza su máximo esplendor en la simbólica escena de la iglesia, en la que la lectura de un poema de Cyprian Kamil Norwid, nos desvela el porqué del título.
Un ejercicio de cinematografía brillante que serviría como referencia para grandes obras del cine europeo como, La infancia de Iván, 1962 (Andrei Tarkovsky), creando una atmósfera visual bastante similar, o No matarás, 1988 (Krzysztof Kieslowski), con las similitudes interpretativas de su personaje principal; y sería un precedente para los principales directores que iniciarían a finales de los años cincuenta la Nouvelle Vague, como Godard y Resnais.
Peaky Boy
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