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Reino Unido Reino Unido · Birmingham
Voto de Peaky Boy:
8
Drama. Intriga En 1913, en vísperas de la Gran Guerra (1914-1918), extraños acontecimientos, que poco a poco toman carácter de castigo ritual, se dan cita en un pequeño pueblo protestante del norte de Alemania. Los niños y adolescentes del coro del colegio y de la iglesia dirigido por el maestro, sus familias, el barón, el encargado, el médico, la comadrona, y los granjeros conforman una historia que reflexiona sobre los orígenes del nazismo en ... [+]
27 de octubre de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Cuando erais pequeños vuestra madre os puso una cinta blanca, todos sabéis que el color blanco es sinónimo de pureza, de inocencia, y contrario al pecado…”

¿Se olvidó el director del siglo en el que estamos? Porque la película empieza y aun no hemos escuchado ninguna banda sonora estremecedora, y lo que es aún peor, no me han dado gafas 3D al entrar en la sala, puede que tenga unos colores tan asombrosos que no sea necesaria la tecnología tridimensional.
Vaya, resulta que sin efectos de sonido colosales y en blanco y negro Michael Haneke ha conseguido crear uno de los espectáculos visuales más increíbles de los últimos tiempos. Pero no se queda solo ahí, porque prepárense para el montaje, dirección, interpretaciones, diálogos, historia y mensaje de la cinta.
Alemania 1913, a falta de pocas semanas para que se desencadenase la 1ª Guerra Mundial, comienzan a pasar sucesos terribles a la par que misteriosos que perturban la paz de un pequeño pueblo protestante.
El primero en sufrir uno de estos acontecimientos es el propio médico del pueblo, no tardarán en ir apareciendo en escena los demás componentes del municipio, los cuales antes o después, todos sufrirán alguna desgracia.
Si en El Pueblo de los Malditos nos estremecíamos al ver el grupo de niños con su mirada fría y castigando a los padres por los secretos que escondían, en esta aldea también tendremos a otro grupo de niños, muchachos que tienen que sufrir (nunca mejor dicho) la extremadamente rígida educación de los padres, unos padres en los que “ellos” son auténticos monstruos por los castigos y represiones y “ellas” son todavía peor por consentir dichos actos de crueldad.
La tranquilidad del ritmo, los planos tan bien estudiados, la prácticamente ausencia de trama, chocan por completo con la crudeza de algunos diálogos y la frialdad de esos niños, unos niños que acostumbrados a los golpes de vara, a ser atados en la cama, sometidos a la más estricta y dura educación, y obligados a saltarse la etapa infantil para convertirse en adultos a marchas forzadas, serían posteriormente los mismos hombres sin compasión, crueles, metódicos y por encima de todo, temidos que levantaran a la postre los estandartes con la esvástica, porque según Haneke, este tipo de educación basada en que la letra con sangre entra y en “adiestrar” a los propios hijos con una completa falta de afecto, fue la que originó el comienzo del nazismo.
Peaky Boy
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