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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
7
Terror. Thriller Laura (Florencia Colucci) y su padre (Gustavo Alonso) son contratados para restaurar una lejana casa de campo, cuyo dueño (Abel Tripaldi) quiere poner a la venta. Al principio todo transcurre con normalidad, pero un día Laura escucha un sonido que procede de fuera y se intensifica en el piso superior de la casa. Basado en un suceso real: en 1944, en una vieja casa de campo fueron hallados los cuerpos de dos hombres brutalmente ... [+]
9 de diciembre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La casa muda cuenta, a su manera, una historia real que ocurrió en los años 40. Con cámara al hombro, poca luz, inteligencia y, por encima de todo, valentía, la película uruguaya es una sorpresa en toda regla.

Gustavo Hernández debuta como director en solitario con una película de una calidad excepcional y con un trabajo tras ella que es para hacerle reverencias. La película de Hernández empieza con fuerza, atacando desde el principio, aunque sufre ciertos titubeos en su ansia por atrapar al espectador. No obstante, tras unos minutos de dudas, Hernández va imprimiendo un ritmo que acelera de una forma bárbara y se va apoderando de nosotros sin que apenas nos demos cuenta, con la genialidad que implica el hecho de que esas dos características sean, casi por concepto, contrarias. Es impresionante cómo La casa muda va mejorando a cada segundo que pasa y, retratando a la perfección el tiempo y el espacio, consiga descolocarnos por completo fruto de ese miedo que atenta contra nuestros sentidos y los mantiene alerta siempre para demostrarnos que, con eso, no es suficiente para predecir el siguiente movimiento. El mérito más visible de la película es el de estar rodada casi por completo con la cámara al hombro (y no hablamos de una cámara de cine) y sin cortes, en un (falso) único plano secuencia que aprovecha sus pequeños cortes en unos truquillos con la oscuridad para poner de nuevo las cosas en su sitio. Eso, que así dicho ya tiene mérito, cobra mucha más relevancia cuando asistimos a un movimiento coreográfico perfectamente ideado, preparado y ejecutado. Con todo lo brillante que es el trabajo de Hernández, no lo es menos el de Óscar Estévez, guionista de La casa muda, que nos deleita con un tramo final magistralmente deletreado a pesar de lo cuestionable de su eficacia si uno se lo plantea con frialdad. Por último, pero no menos importante, ensalzar la banda sonora de Hernán González y su espléndido acople en la película.

Florencia Colucci protagoniza la película y es ella la que marca los tiempos. Al principio hay un poco de nerviosismo en la actriz, pero a medida que va cogiendo ritmo y sintiéndose cómoda, su trabajo se vuelve épico, con doble valor debido a que debe combinar la interpretación con el hecho de estar siguiendo unas pautas que van entre su memoria y las instrucciones en tiempo real sin ningún margen de error. El trabajo de Abel Tripaldi supone una segunda espada de lujo tanto por su trabajo como por la perfecta sintonía de sus facciones con el personaje al que interpreta. Gustavo Alonso, en su corta aparición, está correctísimo. La pequeña Maria Salazar aparece ahí, sin más.

Resumiendo: La casa muda es un peliculón. Una de las mejores películas de terror de los últimos años y un ejemplo más de cómo el cine de terror sudamericano, que es jovencísimo, promete darnos muchísimas alegrías. Que la película es pura especulación es una verdad como un templo, pero que Gustavo Hernández consigue que sintamos cosas dentro de nuestra cabeza que nos hacen encender todas las luces de nuestra casa antes de movernos, también lo es. Bravo.
Grijander
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