¿Quién no conoce la historia de La Cenicienta? Pocos, muy pocos. Sin embargo, no es tan sabido que el cuento no tiene un origen claro, ya que pareció surgir en distintos puntos del planeta sin ninguna relación entre ellos. Las dos versiones más famosas son la de los hermanos Grimm y la de Charles Perraut, escritor francés que escribió una historia muy, muy parecida a la que Walt Disney Pictures (esa compañía que ha robado practicamente todas sus películas al folklore popular de distintos países para colgarse la medalla del mérito) presentó en 1950. Yo, personalmente, me quedo con la versión de los hermanos Grimm sin lugar a dudas. Sin embargo, la decisión de la Disney pareció ser correcta, pues muchos años después siguen saliendo nuevas versiones, ya sea en forma de remakes libres o adaptando el guion a otras circunstancias.

El mayor acierto de Clyde Geronimi, Hamilton Luske y Wilfred Jackson (trío de directores de La Cenicienta y también de Alicia en el País de las Maravillas, Peter Pan y La dama y el vagabundo) fue dar mucha vida a la historia de los personajes secundarios más graciosos, unos ratoncillos que aparecen en algunas versiones antiguas de La Cenicienta pero que no tenían ningún protagonismo. El guion, escrito por casi una decena de manos, no se centra solamente en la historia que todos conocemos de la chica esclavizada por su madrastra y hermanas que gracias a su hada madrina puede ir al baile con la condición de volver a las doce de la noche, sino que da mucho juego con unos simpáticos roedores que tienen su particular versión de Tom & Jerry con un gato que se asemeja bastante en caracter a la malvada "familiastra" de Cenicienta. Es por eso que la película divierte, todavía hoy, a jóvenes y a no tan jóvenes, ya que el trato del argumento principal es bastante caótico.

Yo de animación no entiendo, así que no entraré a valorar ese apartado y mucho menos teniendo en cuenta que la película está hecha en la mitad del siglo XX. Lo que sí puedo decir es que los colores me parecen acertados, pues casan con el mensaje positivo de este cuento de hadas 100% Disney en el que siempre sale el sol. Con los colores juegan también para mostrarnos la oscuridad del alma de la madrastra y las hermanastras de cenicienta, algo que se agradece, pues el diseño de los personajes los convierte a todos, desde el primero hasta el último, en seres unidimensionales que se rigen por unas líneas demasiado rectas.

Resumiendo, que es gerundio: La Cenicienta no es la mejor película de Disney ni de lejos, aunque el hecho de ser un relato intemporal (que no atemporal) la ha convertido en una de las obras más referenciadas de la casa de Mickey Mouse, pues no es difícil englobar el argumento en cualquier otra situación. ¿Sabéis esa frase que dice: "tienes más imaginación que Walt Disney"? Pues a mí me jode bastante, ya que una de las compañías cinematográficas de todos los tiempos llegó a ser lo que es gracias al trabajo de otros, personas que inventaron unas historias contadas por Disney (muchas veces sin permiso y, lo que es peor, sin dar importancia a sus autores?.