Lock & Stock es la carta de presentación en los largometrajes de Guy Ritchie, un director al que se ha comparado en multitud de ocasiones con Tarantino por su particular modo de ver el cine.

Guy Ritchie sorprende al espectador en su primera película gracias a un ritmo endiablado y a la gran cantidad de personajes, cada uno con sus motivaciones y con una historia propia que acaba conduciendo a un punto común. El guion de Ritchie no es ninguna barbaridad en lo que a inteligencia se refiere, pero sí es un espectáculo por imaginación e inventiva a la hora de solventar los entresijos de una trama que no da respiro al espectador gracias a que, debido a la mencionada carga de personajes, la acción no se detiene ni un solo instante. La estética de Guy Ritchie fue otra de las cosas que llamó la atención del público, poco acostumbrado a esos curiosos travellings acompañados de efectos de sonido perfectamente introducidos así como a la cuidada estética de todo lo que vemos, desde exteriores hasta interiores pasando por vehículos, vestuario, personalidad externa de los personajes y una fantástica banda sonora que se funde con las imágenes. El único "pero" que puede ponerse es que Ritchie, que clona a propósito a algunos personajes secundarios, se pasa de rosca en ese sentido haciéndoles perder parte de su interés.

Fantástico trabajo de Nick Moran, ese actor con eterna cara de niño, en el personaje más importante de la película (algo que está abierto a debate). Completan el cuarteto de la historia principal el excelso Jason Flemyng, un muy acertado (siempre he considerado que se infravalora a este actor) Jason Statham, que debutaba en el cine al igual que el director y Dexter Fletcher, el personaje menos importante y carismático del grupo. Buen trabajo de Frank Harper como jefe de su propia banda. En sus trocitos de pastel particulares, los otros dos "jefes" son P.H. Moriarty (realmente acojonante su trabajo) y Vas Blackwood, el más excéntrico (lo que ya es decir) de "los malos". Buenísima labor de Vinnie Jones en el tipo de personaje que ha marcado su carrera y muy buen trabajo de un Sting duro como una roca y muy metido en un personaje que, pese a su poco tiempo en plano, infunde respeto (sobretodo en su hijo).

Resumiendo, que es gerundio: fantástica dirección, guion ágil y entretenido y buenas interpretaciones en el debut de Guy Ritchie, un director que despierta pasiones y odios a partes casi iguales. Cine no comercial que pueden disfrutar los amantes de las palomitas pero que exige más al espectador que la mayoría de películas de tiros y puñetazos. Después de Lock & Stock, Guy Ritchie se confirmaría como gran director con Snatch, cerdos y diamantes, una película fantástica a todos los niveles.