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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
6
Drama. Comedia Warren Schmidt (Jack Nicholson) se acaba de jubilar y se siente completamente desorientado. Además, no puede soportar la idea de que su única hija (Hope Davis) se case con un necio. Por si esto fuera poco, su mujer muere repentinamente. Tratando de darle algún sentido a su vida, decide emprender un viaje en busca de sus raíces. Después de cruzar el estado de Nebraska en caravana, llega a Denver, la ciudad donde vive su hija. Tras ... [+]
24 de septiembre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A propósito de Schmidt lleva a la gran pantalla la novela de Louis Begley en la que cuenta la historia sobre un hombre que, tras jubilarse y perder a su esposa, se ve perdido en un mundo que a penas conoce.

Alexander Payne hace su primera "gran película". Después de A propósito de Schmidt llegaría la aclamadísima Entre copas y, recientemente, sorprendió con Los descendientes, una obra que a mí no me apasionó pero que consiguió unificar criterios entre crítica y público. Payne descubre aquí el cine que le gusta hacer: tragedias contadas a modo de comedia con un protagonista potente que se ve envuelto en situaciones de lo más pintorescas. El recurso de las cartas que envía a su apadrinado en Tanzania sirve como puerta de salida para los pensamientos del protagonista, un personaje con un peso incalculable dentro de la historia, pues reduce a sus compañeros de reparto, casi, al nivel de figurantes. El ritmo narrativo de Payne es bueno y prepara las escenas con talento, si bien es cierto que en muchas ocasiones le cuesta no ser demasiado previsible por hacer alguna secuencia excesivamente larga en la que el espectador conoce de antemano cómo va a acabar todo. En otros casos, sin embargo, Payne logra sorprendernos, confirmando que es un director un tanto irregular incluso dentro de una misma película. La banda sonora está bien elegida y acompaña a la perfección al protagonista durante su viaje (tanto por carretero como el que realiza a nivel emocional). Como apunte a título personal, quisiera decir que Payne, por momentos, logra acercarse a esa crudeza irónica del maestro Woody Allen (sin alcanzarla, eso sí), lo que es algo con un mérito sobrenatural.

Jack Nicholson es el dueño y señor de la película. Puede que el veterano actor, en su larga filmografía, tenga mejores trabajos, pero también es posible que el que realiza en A propósito de Schmidt sea el más natural de todos, alejado por completo del (perfectamente llevado) histrionismo habitual de uno de los actores más premiados de todos los tiempos. Nicholson devora la pantalla con los monólogos verbales, sí, pero también con los visuales, en los que no necesita recurrir a sus mejores armas para mostrar una sencillez tan compleja como devastadora por tocar directamente las emociones básicas. Tras Nicholson, aparecen los buenos trabajos de la siempre peculiar Kathy Bates, secundada por Dermot Mulroney y por Hope Davis, siendo esta última la menos inspirada del reparto.

Resumiendo, que es gerundio: A propósito de Schmidt tiene picos de pequeña joya de la tragedia cómica, mezclando estilos muy dispares y endulzándolo todo con una historia de lo más particular llena de pintorescos personajes y de disparatadas escenas y, además, cuenta con un fantástico Jack Nicholson que clava su papel. Más allá de eso, hay poco.
Grijander
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