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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
2
Intriga. Terror. Thriller. Drama Cuenta la historia de una joven que se ve obligada a cuidar del hijo de su recién llegada vecina. El tiempo pasa y nadie aparece para recogerlo, pero lo peor es que la actitud del chaval empieza a ser cada vez más rara, llegando a afirmar que hay otro niño en la casa. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Purgatorio es una película más alojada en el hall de los principiantes, un salón recibidor habitado, en su mayoría, por películas de terror de escaso presupuesto. Las hay que hacen del defecto virtud y hay otras, como la que nos ocupa, que simplemente están ahí, pasando desapercibidas.

Pau Teixidor debuta en el largometraje con una labor muy, muy pobre. No me atrevería a decir que es mala, pero sí que no tiene sustancia, estilo, firma ni nada que haga que te fijes en ella. Para bien, al menos. Es tremendamente predecible en su intento de sobresaltar, insultantemente repetitiva en su corto desarrollo y desmesuradamente igual a cualquier otra cosa que se haya visto con anterioridad. Todo nace de un guion, obra de Luis Moreno, que hace del "porque yo lo valgo" su eslogan y que te empuja tanto a creer en algo que no crees que resulta incómodo y molesto tras pocos minutos de compañía. Ante eso, Teixidor, lejos de intentar ocultar carencias y tratar de exprimir virtudes como, por ejemplo, la nada desdeñable intriga colocada sobre un tapiz de sexualidad adolescente que desaparece sin dejar rastro, lo que hace es ponerte sus dos manos en la espalda también para que avances hacia un lugar al que, en realidad, no quieres ir. El forzadísimo desenlace, que llega acompañado de un casi ridículo momento happy, es un auténtico insulto. Hay muchas cosas mal en Purgatorio, pero ninguna es nueva; hasta en eso es una película sin alma.

Oona Chaplin barre de un plumazo la esperanza de ver su apellido perpetuado en el cine en forma de talento. Nada. Nada de nada. Ni intensidad, ni expresividad, ni cercanía. Nada. Es un robot automatizado puesto ahí para vagar por la película. El joven Sergi Méndez aporta un poquito más, pero está lejos de ser el niño enfermizo e inquietante que vemos en alguna película de estas características. Andrés Gertrudix desaparece pronto de la película, por suerte y Ana Fernández apenas tiene tiempo para dejarse ver.

Resumiendo: Purgatorio es una más. Otra de las que se olvida cuando aparecen los títulos de crédito. Aburre, cansa y llega a caer mal pero todo desde el estereotipo y nunca, en ningún momento, por declararse odiosa entregando sus propios argumentos. Este cine sobra.
Grijander
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