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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
2
Terror. Comedia Dos jóvenes llaman al programa de radio de Stretch para burlarse. Cuando lo vuelven a hacer un rato después, sólo se escuchan gritos y el sonido de una motosierra. Al día siguiente la policía averigua que el responsable de la matanza es el mismo que trece años antes asesinó a los amigos de Sally, la protagonista de la primera película. El tío de Sally decide vengarse y se pone en contacto con Stretch... (FILMAFFINITY)
13 de febrero de 2012
11 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Secuela de una de las mejores películas de terror en la que sucede algo que no suele verse: que el director repita labor (como guionista, aportando piezas musicales y dirigiendo) y que dé a entender que, o el mundo entero entendió mal la primera (que a mí me parece una obra maestra) o resulta que el resultado final fue pura chiripa.

Tobe Hooper, después de varios trabajos entre mediocres y medio pasables, vuelve a ponerse, doce años después, al mando de La matanza de Texas. Olvidaos de todo lo visto en la anterior porque ya nada cuenta. Hooper intenta hacer una ligera parodia de su película y acaba de un plumazo de manera grotesca con la magia de su ópera prima. Los descontrolados movimientos de cámara (realmente fabulosos) de la primera, dejan paso a planos picados y contrapicados en los que la acción queda, en ocasiones, casi fuera de encuadre. Eso, que ya de por sí es un error imperdonable, se convierte en una minucia cuando se compara con un guion que es más similar a los especiales de Halloween de Los Simpson que a la primera película. Los personajes que permanecen (algunos sin sus actores, por desgracia) pierden todo el encanto y Leatherface se convierte, de repente, en un primo cachondo de Chewbacca. Pero sin duda, lo peor del trabajo de Hooper es la dirección de actores, encargándoles auténticas gilipolleces (ese momento "baile"con la motosierra, que además se repite es indignande) que ellos cumplen con sumo gusto.

Y es que el reparto no mejora la labor de Hooper. A pesar de contar con un actorazo como Dennis Hopper, el director consigue que todos hagan el ridículo. El bueno de Hopper lo intenta, pero se ve atrapado en una maraña de situaciones sin sentido, sin gracia y sin oportunidades para su personaje y no puede hacer nada por remediarlo. Lo de Caroline Williams es de escándalo, sinceramente. Su nominación en Sitges a mejor actriz es algo tan incomprensible para mí como el funcionamiento del acelerador de partículas. He visto pocas interpretaciones tan sumamente malas. Jim Siedow pierde todo el encanto, ya que su personaje pasa de inquietante a absurdo. Bill Moseley, que tiene la difícil tarea de suplir el estupendo trabajo de Edwin Neal, hace un ridículo espantoso que se ve superado solamente por la asombrosa tontería que le cae encima a Bill Johnson, que resulta que en doce años a pasado de ser uno de los mejores personajes del cine slasher a ser un baboso que bailotea con la sierra e incluso se la apoya en las pelotas para simular un jincamiento.

Resumiendo, que es gerundio: hay que tener huevos para sacarse de la manga La matanza de Texas asumiendo tantos riesgos como asumió Tobe Hooper en 1974, pero hay que tener las pelotas cuadradas, también, para mandar a la mierda una joya que has parido tú solito. Lamentable.
Grijander
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