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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
8
Drama En un accidente de coche, Julie pierde a su marido Patrice, un prestigioso compositor, y a su hija Anna. Al recuperarse de sus lesiones, decide comenzar una nueva vida, independiente, solitaria y anónima, alejada de los privilegios que antes disfrutaba. Olivier, el ayudante de Patrice, intenta sacarla de su aislamiento. Olivier está enamorado de ella desde hace muchos años y acaba convenciéndola para que termine el «Concierto para ... [+]
14 de mayo de 2012
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Tres colores: azul, es la primera parte de la trilogía de Krzysztof Kieslowski sobre los colores de la bandera francesa. Una co-producción a tres bandas entre Francia, Polonia y Suiza que se ha convertido en película de culto.

Krzysztof Kieslowski no dirigía movidas de efectos especiales. El actor polaco es capaz de dejar a la mismísima Isabel Coixet a la altura de Michael Bay si el cine se mide con vara de gafapastismo. En Azul, Kieslowski detiene las imágenes a golpe de batuta y deja que el mundo circule tras ellas para conseguir un ambiente tan íntimo como extraño que viene a la libertad o, justamente al contrario, la falsa sensación de tenerla. Esa es la tónica dominante en la película y lo que hará que solamente los que sepan disfrutar de la parte más sensitiva del cine puedan saborear esta película que a muchos (entre los que me incluyo con algunos matices) les parecerá extremadamente lenta (es francesa, tampoco es nada raro). Lo es porque la historia que cuenta no tiene dinamismo, pero eso se debe a que no lo necesita. Azul va sobre las sensaciones, los estados de ánimo, las reacciones, la forma de cada uno de ver la vida... va sobre una persona en particular pero puede extenderse al mundo entero, consiguiendo que el espectador logre entender cada acción por muy inexplicable que pueda parecer. Para ello se sirve de la fabulosa banda sonora, que se convierte en la voz en off, en el pensamiento de la protagonista y en un curioso nexo de unión con el espectador. Cuenta la película también con una fotografía exquisita en la que el azul (lógico) manda sobre cualquier otro color, representando la engañosa frialdad (para sí misma) de la protagonista y de muchos de nosotros, en general.

Juliette Binoche está fabulosa. Sobre su expresión facial recae gran parte del peso de la producción, con lo que sin su excelsa labor no podríamos llegar a sentir lo que siente su personaje. La fabulosa actriz, cuyo trabajo se tiene en alta estima en la mayor parte del planeta, consigue mirar a los ojos al espectador y transmitir el por qué de cada uno de sus actos. Gran trabajo también el de Benoît Régent, actor tristemente desaparecido a los 39 años. Aprovecha el espacio que deja Binoche para fundirse con ella y conseguir un resultado extraordinario.

Resumiendo, que es gerundio: fabulosa labor en la dirección de Kieslowski y magistral lección interpretativa de Binoche en una película con un guion de recorrido intimista que, debido a eso, será considerada una obra maestra por los incondicionales de este tipo de cine pero tal vez no acabe de gustar a los que amamos el cine pero esperamos algo "diferente" (por no decir "algo más"). En mi opinión, es un gran retrato humano y se cuenta de forma inmejorable, pero cuando termina la película me quedo con la sensación de que no me ha ofrecido demasiado.
Grijander
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