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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
3
Thriller. Acción. Terror Ralph Sarchie (Eric Bana) es un agente de policía de Nueva York que se dedica a investigar una serie de asesinatos que parecen tener relación con posesiones demoníacas. Sus pesquisas lo llevarán a aliarse con un sacerdote muy poco convencional (Edgar Ramírez), experto en exorcismos. (FILMAFFINITY)
28 de noviembre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Líbranos del mal cuenta, ve tú a saber de qué manera, la historia real de un policía que conoce a un sacerdote macarrilla y se ve metido en una cruel guerra con un un poseizombie con ropa de calle.

Scott Derrickson, que dirigió El exorcismo de Emily Rose, una de las mejores películas sobre exorcismos que se han visto después de El exorcista (perdonadme la constante redundancia), es el amo y señor de Líbranos del mal. Su trabajo, aquí, está muy lejos del que vimos en aquella ocasión. Derrickson nos presenta un thriller paranormal de posesiones infernales de humanos avampirados que tienen entre sus habilidades un modo "ninja camuflaje". El problema de Líbranos del mal, o uno de ellos, es que confunde una imagen oscura con una atmósfera oscura y sus muchas sombras (en todos los sentidos) dan una ambientación más cercana a un videojuego de terror que a una película que deba reclamar nuestra atención en cada fotograma. Sucede, también, que la primera media hora, en la que el espectador no sabe muy bien por dónde van a ir los tiros, tiene alguna pequeña fase plagada de diálogos vacíos, con una alarmante falta de inteligencia, algo que se extiende a escenas enteras cuando entramos en una segunda fase en la que los cambios de ritmo no consiguen crear ansiedad por el miedo sino por la sensación de que nada importa demasiado. El trabajo con los personajes es muy, muy pobre y el dramatismo que se quiere meter dentro de ellos, roza el esperpento. Por último, hay que añadir que el mayor mérito de Derrickson ha sido el de recolectar y plagiar: Líbranos del mal tiene partes de dos de sus películas (El exorcismo de Emily Rose y Hellraiser 5) y consigue aunar todos y cada uno de los clichés básicos del cine de terror, con lo que la sensación de que todo está visto en ella es un castigo que nos acompaña durante todo el metraje.

Eric Bana y Joel McHale, que interpretan a los dos policías de Nueva York que se compenetran a la perfección y que cumplen un estereotipo de manual a rajatabla, tienen, como mayor mérito, el hecho de aguantar uno frente al otro durante toda la película en lo que parece un concurso por evitar cualquier emoción. Edgar Ramirez está acertado, aunque en la escena final cae estrepitosamente presa del frenesí de paridas que se dan cita en el último tramo y que encuentran su clímax en la sala de interrogatorios. Olivia Munn, bueno, está ahí y tal, ni bien ni mal, ni fría ni caliente, simplemente está, habla y, cuando no está, no se la echa de menos. Sean Harris, por su parte, es el mejor del reparto oculto bajo el maquillaje y la poca expresividad que requiere su personaje a nivel dramático.

Resumiendo: Líbranos del mal es un batiburrillo de partes de otras películas. Derrickson, amante del género, saca de su subconsciente el álbum de cromos y elige los que más le gustan, sin aportar ninguno que no tengamos ya repetido. Líbranos del mal es una versión blanda de El rito, o incluso de Constantine, y tal vez incluso de Hellraiser V, película que he mencionado antes. Para acabar, debo decir algo, o reviento: me sorprende mucho que Bana siga siendo un actor con trabajo, lo digo sinceramente.
Grijander
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