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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
2
Terror. Thriller Nick O’Bannon y unos amigos acuden a un circuito de carreras para presenciar una prueba del Nascar. Durante ésta tiene lugar un terrible accidente que conlleva desastrosas consecuencias para el estadio. Pero Nick descubre que se trata de sólo una visión de algo que está a punto de suceder, y junto con otras doce personas consigue salir del recinto y escapar de una tragedia segura. Pensando que han burlado a la muerte, el grupo continúa ... [+]
25 de noviembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarta entrega de Destino final que llegó a la gran pantalla con el único fin de aumentar las arcas de New Line, la productora que más da por culo con las secuelas.

David R. Ellis dirige su segunda película de la saga tras Destino final 2 y el bajón en su rendimiento es escalofriante. La producción de la película se limitó al efecto 3D que comenzaba a ser un auténtico boom y dejó de lado todo lo demás. El guion de las anteriores películas tiraba de trucos y efectismos pero al menos conducía a alguna parte, pero esta parece una de esas películas de videoclub abandonado que, de no llevar el nombre de Destino final por bandera, acabarían bajo una montaña de polvo. Salvo un aceptable giro final, la película se desarrolla sin nada que contar, incidiendo una y otra vez en lo mismo y obviando que toda película debe tener una historia. Aquí, Ellis se centra en crear unas muertes espectaculares y lo que consigue es un resultado patético en el que la mayor baza de la saga (la originalidad en los "asesinatos") se va a tomar por culo tras recibir una patada de una señora llamada Mediocridad.

El reparto es tan malo como la película en conjunto. Bobby Campo no es un actor profesional, por así decirlo, y aunque eso no tiene por qué ser vinculante, en este caso es un dato importante, ya que su interpretación no tiene absolutamente nada y carece de cualquier matiz, si bien es cierto que la construcción de los personajes es, de largo, la más floja de la saga ya que cada uno tiene un tema de conversación y de ahí no salen (esto es totalmente cierto). Shantel VanSanten también está floja por muy bien que le queden las bragas verdes y, aunque tiene mucho tiempo de cámara y multitud de diálogos, no es más importante que cualquier figurante. Haley Webb completa el trío (más o menos) principal y lo hace con un trabajo tan plano como su personaje. Lo alucinante es que un tipo llamado Andrew Fiscella, que interpreta al mecánico, tiene más matices y detalla mucho más su actuación en cosa de un minuto que tiene en pantalla que el resto del reparto en más de una hora.

Resumiendo, que es gerundio: Destino final 4 es, de largo, la peor de la saga. No tiene ningún interés, pero tiene algo por lo que será recordada: la muerte más patética que se ha visto en el cine en muchos años.
Grijander
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