Octavo fascículo de Viernes 13 que se convierte, para mi gusto, en el más flojo a todos los niveles. Entre diálogos, "actuaciones" y estrategias para escapar del asesino, a uno le dan ganas de llorar pensando en el talento que hay por la calle y lo que hace tener padrinos para poder hacer una película, aunque seas un tarugo gigantesco.

Rob Hedden escribe y dirige la broma de peor gusto de 'Jason Voorhees'. La dirección despierta el psicópata que todos llevamos dentro, dándonos ganas de asesinar a Hedden, a los miembros de la productora, a Bryan England y a sus respectivas mascotas. Al principio parece que va a ser mejor de lo que es (no es la primera vez que sucede en la saga), pero pasados pocos minutos te das cuenta de que, aunque 'Jason' se haya ganado por primera vez en su vida unas vacaciones fuera de 'Crystal Lake', el panorama es el mismo. Una de las cosas que más jode de esta saga es darte cuenta de lo planos que pueden llegar a ser los personajes. Eso, en las comedias (en las catalogadas como tal, porque hay partes de Viernes 13 que también lo son) tiene un pase, porque cada personaje está para completar un "todo" que persigue hacer reir. La cuestión es que aquí no hace falta poner 20 personajes, cada uno especializado en una materia, para que cada cinco minutos vayan cayendo. Sin embargo, y con todo lo malo ya mencionado, lo peor de la película son los diálogos. Cuando estás en un barco con un asesino en serie y tu estrategia militar es "separarse para buscar a ese hijo de puta", es que algo no funciona. Digamos que algún cerebro, para reducir el radio de búsqueda. Lo peor, es que cuando al personaje se le pregunta el por qué, su respuesta es: "no discutamos ahora". Tiene cojones el asunto.

Las actuaciones, pues bueno, en la línea de la franquicia. Hay algunas mejores que otras, pero la media es bastante deficiente, y aquí no sube la nota. Jensen Daggett lo hace de pena, cosa que se ve acentuada por la dirección de Hedden, que no para de sacarle primeros planos. Peter Mark Richman supera a la mayoría, aunque ni mucho menos hace un buen papel. Warren Munson, entre que está simpatiquete y que desaparece pronto, es el mejor de todos. El resto, sinceramente, ni sé quién son ni me importa. Normalmente cuando no conozco a algún actor, busco algo por internet para informarme, pero una cosa es documentarte y otra perder el tiempo. Que no, que me la pelan todos, que para saber algo de la vida de cuatro peleles pondría Sálvame.

Resumiendo, que es gerundio: otra película infumable, y van unas cuantas, del chico que por desgracia no se ahogó en el lago. Aunque el nivel medio de la franquicia es bajísimo, de momento esta octava parte es, para mí, la peor de todas. Además es demasiado larga. 'Jason', en serio: muérete... pero de verdad, coño, que no cuesta tanto.