La habitación del pánico es una película tensa, de esas en las que cuesta soltar el aire que nos hincha los pulmones. Un buen ejercicio de suspense dentro de una casa grande equipada con lo más de lo más.

David Fincher dirige una de sus películas más flojas (para mí la menos buena). La labor de Fincher, pese a todo, es una pasada como de costumbre. Hay un plano secuencia que es de lo mejorcito que ha visto el cine moderno, sin exagerar. Además, el excelente director sabe el momento exacto en el que alternar entre las protagonistas y los antagonistas, haciendo que no nos perdamos absolutamente nada de lo que está sucediendo, evitando así que se le acuse de ocultar información. La puesta en escena es brillante, como de costumbre. El problema radica en el guion. David Koepp es un prestigioso guionista (prestigioso no significa bueno, aunque a veces lo es y mucho) que también ha hecho sus pinitos como director con buenas maneras pero aquí nos presenta algo muy simple: una familia, unos ladrones estereotipados (el que organiza, el desequilibrado y el bonachón) y una habitación en plan caja fuerte de la hostia. A partir de ahí, todo circula en torno a cómo entrar para los malos y cómo salir o avisar a alguien para las buenas. No hay más.

Jodie Foster protagoniza la película y hace que se note la ansiedad que vive su personaje con un trabajo muy creíble, de lo mejor de la película junto al brutal travelling ya mencionado de David Fincher. A su lado está una joven Kristen Stewart que me pone de muy mala hostia por un motivo: su trabajo no es del todo malo, pero ahí era una niña y los tics son normales, o incluso la sobreactuación, pero el hecho de que no haya evolucionado absolutamente nada desde entonces dice muchísimo de ella y no precisamente bueno, sobretodo a nivel profesional, aunque lo que pienso de su personalidad es prácticamente lo mismo, ya que los niños se convierten en adultos y olvidan la mayoría de sus tics, aunque sea para cambiarlos por otros. Forest Whitaker es el bonachón de la banda de ladrones y es un hombre que siempre cumple con lo que se le encomienda, por lo que aquí no iba a ser menos. Jared Leto, actor-actriz limitadísimo que pondrá nerviosos a los que con más talento tienen menos trabajo, está en esta ocasión más o menos bien. Dwight Yoakam cierra el reparto con un trabajo flojo cuando va con pasamontañas y más flojo todavía cuando se lo quita.

Resumiendo: La habitación del pánico es una película de puta madre para la sobremesa del domingo porque te da suspense, acción y nervio, pero no deja de ser un cine comercial hasta las trancas rodado, eso sí, con una técnica exquisita. David Fincher no hace malas películas, pero alguna de todas tenía que ser la menos buena. Es esta.