El truco del manco es una película durísima que sorprendió a crítica y público cuando salió y que basa su impresionante éxito en una sinceridad difícil de encontrar en el cine.

Santiago Zannou debutó (antes había hecho algunos cortos) con esta película y su trabajo es sensacional. Responsable del guion (junto a Iván Morales) y de la dirección, Zannou realiza un ejercicio de superación que es un canto a la esperanza silenciado a base de golpes. En El truco del manco absolutamente todo está en su sitio y metido a su debido tiempo, de forma que la película lleva al espectador en volandas en un viaje turbio en el que las cosas siempre pueden ir a peor. Zannou cuida y mucho el ritmo y se sirve de un magnífico trabajo de cámara para relatarnos con todo lujo de detalles las dificultades del protagonista, escogido con acierto, para poder hacer algo en la vida. El truco del manco es buen cine social, sí, pero es también un gancho a la mandíbula debido a la precisión con la que trata un mundo urbano desconocido para algunos pero que siempre ha estado ahí. Zannou construye unos personajes completos, con motivaciones propias y con ideas, que se mueven siempre por alguna razón y no por simple nervio, lo que hoy en día es, posiblemente, lo que más escasea en el cine.

Juan Manuel Montilla ("El Langui") protagoniza la película y lo borda. Como he dicho, su elección para el papel da otra dimensión a la película por razones obvias, pero la cosa no podía haber quedado ahí y el cantante, escritor y actor (además de presentador de radio y un largo etcétera) muestra un aplomo impresionante ante las cámaras para dejarnos una interpretación antológica en la que pueden verse reflejados muchos de los problemas que le han acompañado a lo largo de su vida. Ovono Candela está inmenso como secundario, dotando a su personaje de una naturalidad imperiosa que se convierte en la mejor baza para llevar su historia personal sin caer en automatismos. Buen trabajo también el de Elio Toffana al que se le nota que conoce el mundillo por su portentosa implicación con el personaje. Destacaría, por último, a un Juan Navarro realmente aterrador y a María Rodríguez ("La Mala Rodríguez") que imprime su presencia en la película a base de carisma.

Resumiendo, que es gerundio: El truco del manco no es una película divertida. No gustará a todo el mundo ni es recomendable para todos los públicos, pero si el séptimo arte trata de contar historias, esta película es cine en estado puro. El guion es bueno, pero es la dirección y el trabajo de El Langui lo que hacen de El truco del manco una de las mejores películas españolas de los últimos años.