Por un puñado de dólares es la primera de la denominada "trilogía del dólar", que completarían La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo. Considerada el primer referente del spaghetti western, tiene un dinamismo y una puesta en escena espectaculares.

Sergio Leone abandona el cine histórico y debuta en el western, que sería lo que a la postre acabaría metiéndole en el Olimpo de los grandes cineastas. Su selección de planos en Por un puñado de dólares marcó un antes y un después en el género del western, llegando a crear el subgénero "spaghetti" que tuvo casi más éxito en su ramificación que en su tronco. La puesta en escena de Leone es simplemente espectacular, jugando con un enorme tablero y con figuritas para colocar a cada uno en su sitio e ir moviendo la cámara hasta conseguir un efecto de cine de aventuras en un espacio reducido como no se había visto jamás. Leone crea una historia absurda en la que todo se mueve por lo que se puede leer en el título de la película y no hay que buscar más lógica, por lo que se valora mucho más que consiga entretener al espectador pese a estar diciéndole que el camino que va a seguir no le llevará a ninguna parte concreta. Las escenas se convierten en pequeños capítulos con un principio prometedor, un desarrollo lleno de geniales diálogos y un final espectacular en el que los primeros planos y la música del maestro Ennio Morricone cobran especial importancia.

Un medio novato Clint Eastwood se enfunda el poncho por primera vez para interpretar a uno de los personajes más famosos del cine del oeste (dile del oeste, dile rodado mayormente en Almería). En su primer papel protagonista, Eastwood sorprende a todos creando un personaje que aúna los valores principales de los buenos y los malos del western convencional, haciendo de su personaje un auténtico fenómeno social de la época. El resto del reparto está colocado, como he dicho antes, de forma estratégica y no tiene más importancia que la circunstancial que los sitúa en un momento dado en plano, más allá de ser imprescindibles para el desarrollo pero no esenciales para el contenido. Así y todo, Gian Maria Volonté destaca sobre el resto, sabiendo adaptarse a un personaje superficial pero cuya única capa se basa en una fuerte personalidad. Destacaría también a Margarita Lozano, quien pese a no llegar a secundaria en lo referente a minutos en pantalla, aprovecha muy bien su espacio.

Resumiendo, que es gerundio: Sergio Leone reinventa un género y eso está a la altura de muy pocos. Clint Eastwood reinventa el clásico personaje protagonista del western y Ennio Morricone se saca de la manga una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine. A pesar de eso y de que entretiene de forma maravillosa, no se puede obviar que Por un puñado de dólares ofrece poco más allá del juego del director, así que considerarla obra maestra me parece excesivo en conjunto, aunque creo que es acertado decir que imparte clases en muchos apartados.