Tercera entrega de Sé lo que hicisteis el último verano que es parte remake, parte secuela y parte reinvención. La reinvención, de haberse hecho bien, podría haber supuesto un puntazo, pues siempre hemos visto a personajes sobrenaturales al principio y sus historias contadas en las secuelas, pero nunca la transformación.

Sylvain White se monta un videoclip de hora y media. Quede claro, para empezar, que el presupuesto de la película no sería superior a lo que pueda tener un niño de ocho años en su hucha cerdito. Eso repercute en la calidad del sonido y sobretodo de la imágen, así como en la capacidad de hacer buenos planos. Hasta ahí (en lineas generales). Si luego te da por montarte un festín de planos absurdos con una orgía de despropósitos que desmontarían la trama al menor estornudo, el problema no está en el bolsillo, sino bajo el sombrero. A White debió gustarle el estilo de Sin City en pantalla e intenta calcar varias cosas, con un resultado que, más que homenaje, se convierte en insulto. Podría tirarme la vida diciendo cosas que están hechas con el culo, pero he hecho las críticas de esta mierda de trilogía, tras ver las tres películas en dos días, y estoy hasta los huevos de soltar improperios.

Brooke Nevin, floja. Así y todo, y sin tener las protuberancias de Jennifer Love Hewitt sobre el ombligo, resulta que cae bien, paradojicamente, por no pasarse toda la puta película intentando conseguirlo. David Paetkau, abominable. El chaval es más o menos experto en morir en películas de este estilo, con lo que yo cobraría un plus, por eso de tener el registro ya trabajado. K.C. Clyde es el menos malo de todos, aunque está tan tenso que da la sensación de tener un palo metido en el culo durante toda la película. Torrey DeVitto, pues con una interpretación muy acorde a un personaje que asquea a kilómetros. Que estará muy buena y todo eso que quieran decir, pero vamos, que tiene la capacidad interpretativa de un tubo de neón.

Resumiendo, que es gerundio: mierda de final para una mierda de trilogía. Sé lo que hicisteis el último verano fue un taquillazo de la hostia, dejando bien a las claras lo necesitados que estamos de buenos slashers desde hace muchos años, con lo que la gente acude al cine en masa a la mínima oportunidad. Al final, gracias a dios, vence la lógica y la trilogía queda marcada como un petardo. Que su asesino, el capitán Garfio, es parte de la historia del género no lo discute nadie. Que como asesino es un mierdo, tampoco.