Clásico del cine negro que tiene todos los ingredientes del género, con lo que verla se convierte en algo así como el A-B-C del género.

El gran John Huston debuta con esta tercera adaptación cinematográfica de la novela de Dashiell Hammett. Pese a ser primerizo, dirige con buenas maneras y teniendo siempre claro lo que quiere mostrar y lo que quiere dejar escondido. Es cierto que esto le traiciona en cierto modo cuando su afán por negar la evidencia se convierte en un arma de doble filo, pero también lo es que el error apenas tiene importancia gracias a que la estructura de la película es firme y se desarrolla con fluidez. El guión es posiblemente lo mejor de la película (junto a Bogart), destapándose como una maraña de crímenes varios con varios sospechosos en una suerte de Cluedo con vida propia. La iluminación es más que decente y juega con las sombras en momentos clave, algo que siempre acompañó a John Huston independientemente del equipo técnico del que se rodeara.

Humphrey Bogart (AKA Apuesta Segura) encabeza el reparto. El actor era un seguro de vida para cualquier productora, y eso fue algo que se ganó a pulso gracias a actuaciones como esta. Con un personaje atractivo pero demasiado teatral (para mi gusto), Bogart hace maravillas. Parece que esos papeles estaban diseñados para él. En 'El halcón maltés' vuelve a dar fe de ello con una interpretación legendaria y con otro puñado de sus características frases memorables. Mary Astor, lejos de ser una de las bellezas de la época, tenía que valerse de sus buenas maneras para conseguir papeles, y John Huston debió quedar tan sorprendido con ella aquí que la reclutó para volver a formar pareja con Bogart en 'A través del Pacífico'. A mi, la verdad, me parece que sobreactúa ligeramente y está algo por debajo de su personaje. Peter Lorre y Sydney Greenstreet, como secundarios de lujo, compensan la balanza con sendas actuaciones soberbias.

Resumiendo, que es gerundio: tal vez 'El halcón maltés' no sea la mejor película de cine negro de la historia, pero hay que ser justos y decir que sabe utilizar el manual a la perfección y añadirle cuantos detalles quiera sin que esto perjudique al total (algo que parece sencillo pero no lo es). La dirección de Huston, si bien tiene varios errores que dejan algo tocado el círculo de la obra, es igual de cierto que mantiene enganchado al espectador por el ritmo que imprime a la película, con constantes cambios de escenarios y un guión técnico en general muy meritorio. Bogart aporta su carisma para convertir a 'El halcón maltés' en una película que forma parte de la historia del cine por méritos propios.