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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
8
Romance. Drama. Aventuras Finales de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Un hombre herido viaja en un convoy sanitario por una carretera italiana, pero su estado es tan grave que tiene que quedarse en un monasterio deshabitado y semiderruido, donde se encarga de cuidarlo Hana, una enfermera canadiense. Aunque su cuerpo está totalmente quemado a consecuencia de un accidente sufrido en África, tiene todavía ánimo para contarle a Hana la trágica historia de su vida. (FILMAFFINITY) [+]
14 de noviembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El paciente inglés adapta la novela de Michael Ondaatje y lo hace para convertirse en uno de los mejores dramas románticos del cine moderno.

Anthony Minghella, director cuyos anteriores trabajos no gozaban de un cariño especial para la crítica, dirige El paciente inglés, una película que estuvo flotando mucho tiempo antes de realizarse por una serie de problemas de producción. El director inglés dirige un emotivo drama con aroma a clásico por los cuatro costados, con evidentes influencias que van desde Casablanca hasta Lo que el viento se llevó, pasando por Perdición. La sutileza de Minghella es lo que consigue que una excelente historia se convierta en una muy buena película, pues la narración hace que el espectador no pueda levantarse de su asiento durante unas dos horas y media, atento siempre al siguiente paso, al qué va a pasar y al cómo ha pasado lo que ya hemos visto. El retrato romántico entre la pareja protagonista es otro acierto más de Minghella, que desmonta el amor y lo vuelve a montar desde la pasión, luego el romanticismo y, por último, llega al amor en el sentido más amplio de la palabra, ese que, como viene a decir el Barón, no necesita adjetivos. Por otra parte, la película cuenta con un vestuario, una iluminación y una banda sonora que se convierten en personajes dentro de la historia, con sus momentos de protagonismo.

Ralph Fiennes, grandísimo actor que parece no envejecer, protagoniza la película en los dos frentes. En su versión joven, Fiennes hace una labor tan llena de matices y, a su vez, de excesos, que solamente podría calificarse como épica. En la parte en la que está tumbado, maquillado hasta la saciedad, su tono de voz y su mirada es suficiente para transmitir emociones intensas. Los personajes femeninos están interpretados por Julette Binoche (el de la "actualidad"), que hace un trabajo impresionante, de esos que le han dado su buena fama en el cine, y por Kristin Scott Thomas (en el pasado), una actriz a la que le costó horrores conseguir un papel que la Fox quería regalar a Demi Moore, pero que al final, cuando Miramax se hizo con los derechos de la producción, fue a parar a la actriz por deseo expreso del director que, a la postre, demostró estar en lo cierto, pues Kristin Scott Thomas hace un trabajo excelente. En segundo plano están los enormes trabajos de dos grandes del cine como son Colin Firth y Willem Dafoe, así como la gran sorpresa que resulta ser Naveen Andrews, un actor cuyos padres procedían de la India pero que nació en Inglaterra, a pesar de haber interpretado durante la mayor parte de su carrera a personajes de Oriente próximo.

Resumiendo, que es gerundio: El paciente inglés no es una obra maestra, ni mucho menos, pero tiene tintes de muchas de ellas. Lo que le falta de originalidad lo suple con buenas maneras por parte de un director en estado de gracia, un equipo técnico espectacular y un reparto para enmarcar.
Grijander
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