Film de acción convencional que aporta nada más que disparos al más que trillado género del que es deudor. El director David Barrett (series El Mentalista, Arrow) se ve incapaz de sacarle más partido a un largometraje que peca de un flojo guión, y su falta de costumbre en el cine (primera y única película dirigida hasta la fecha) le pasa factura, a pesar de contar con un buen plantel de actores con ciertas tablas en el celuloide como es el caso de un desaprovechado Bruce Willis (El Protegido, Jungla de Cristal), Josh Duhamel (Transformers), Rosario Dawson (Alejandro Magno, Sin City) o Vincent D'Onofrio (Jurassic World, serie Daredevil). Quizás, lo que tira un poco de esta cinta es el propio reparto, comandado por un Bruce Willis que no hace de tal, y al que da testigo de la acción a Josh Duhamel, que se queda cortito a la hora de ser el protagonista completo. Se contrapone al resto de interpretaciones decentes el buen hacer de malo y muy malo el estupendo Vincent D'Onofrio, en un rol que le sirvió para ensayar el genial Kingpin de la serie Daredevil de Netflix. Sin duda, él es lo más reseñable en una película básica de disparos y acción que simplemente se deja ver.