Uno de los nuestros es una película que te atrapa desde el primer minuto, cuando ves a tres tipos abriendo el maletero de un coche y descubriendo a un hombre moribundo que intentan rematar. A partir de ahí, la voz en off de Henry Hill (Ray Liotta) nos cuenta su historia, desde que era un niño fascinado por la vida de los mafiosos de su barrio hasta que se convierte en uno de ellos, junto a sus amigos Jimmy Conway (Robert De Niro) y Tommy DeVito (Joe Pesci).

La película está basada en el libro Wiseguy de Nicholas Pileggi, que a su vez se inspira en hechos reales. Scorsese y Pileggi adaptaron el libro al guion con gran fidelidad, pero también dejaron espacio para la improvisación de los actores, especialmente de Pesci, que se llevó el Oscar al mejor actor secundario por su memorable interpretación de un matón impulsivo y violento.

Uno de los nuestros es un retrato crudo y realista del mundo del crimen organizado, sin glamour ni heroicidades. Los personajes son ambiciosos, codiciosos, desleales y paranoicos. Sus vidas están marcadas por el dinero, las drogas, las mujeres y la violencia. La película no juzga ni moraliza, sino que muestra las consecuencias de sus actos.

La dirección de Scorsese es magistral, con una puesta en escena dinámica y fluida, que utiliza recursos como el montaje paralelo, el travelling o el plano secuencia para crear ritmo y tensión. La banda sonora es otro acierto, con canciones que acompañan y refuerzan las emociones de las escenas. La fotografía de Michael Ballhaus es excelente, con una iluminación que varía según la época y el estado de ánimo de los personajes.

Uno de los nuestros es una película imprescindible para los amantes del cine, una obra que no ha perdido vigencia ni calidad con el paso del tiempo. Es una película que te hace sentir, pensar y reflexionar sobre la naturaleza humana y la sociedad. Es una película que te deja huella.