Top Gun: Maverick es la esperada continuación de la película de 1986 que convirtió a Tom Cruise en una estrella. Dirigida por Joseph Kosinski, la cinta nos trae de vuelta al carismático piloto Pete “Maverick” Mitchell, que después de más de 30 años de servicio sigue volando como nadie y esquivando el ascenso que le alejaría de los cielos. Su vida cambia cuando es asignado como instructor en la academia de Top Gun, donde tendrá que entrenar a una nueva generación de pilotos de élite para una peligrosa misión. Entre ellos se encuentra Bradley “Rooster” Bradshaw (Miles Teller), el hijo de su difunto amigo Goose.

Top Gun: Maverick es una película que respeta y homenajea a la original, pero que también sabe actualizarla y mejorarla en muchos aspectos. La historia es sencilla y previsible, pero también efectiva y emocionante. Los personajes están bien definidos y tienen una evolución creíble. El tono es más crepuscular y dramático, pero sin perder el humor y la diversión. Y lo mejor de todo: las escenas de acción son espectaculares y realistas, sin apenas uso de CGI. Se nota el amor por el cine y por la aviación que tiene el director y el protagonista, que vuelve a demostrar su entrega y su carisma.

Top Gun: Maverick es un blockbuster modélico que pide ser visto en la pantalla más grande posible. Es una película que te hace vibrar con sus secuencias aéreas, que te emociona con sus momentos dramáticos y que te divierte con sus guiños y su banda sonora. Es una secuela que supera al original y que te deja con ganas de más. Es, en definitiva, una gran película de acción que no te puedes perder.