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Voto de Argoderse:
6
Bélico. Acción Abril de 1945, la guerra está a punto de acabar. Al mando del veterano sargento Wardaddy (Brad Pitt), una brigada de cinco soldados americanos a bordo de un tanque -el Fury- ha de luchar contra un ejército nazi al borde de la desesperación, pues los alemanes saben que su derrota estaba ya cantada por aquel entonces. (FILMAFFINITY)
10 de enero de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Segunda Guerra Mundial vista a través de un tanque. Los acorazados jugaron un papel esencial en el devenir de la contienda pero, salvo contadas excepciones, como la de Donald Sutherland en Los violentos de Kelly, rara vez el séptimo arte se ha aproximado a este episodio histórico bajo la perspectiva de aquellos soldados que tripulaban los carros de combate.

Esta nueva óptica, junto a unas escenas de acción trepidantes, cargadas de extremo realismo, son el principal atractivo de la última película escrita y dirigida por David Ayer, Fury, Corazones de acero, con Brad Pitt como principal protagonista;con permiso eso sí del Fury. La tropa bajo las órdenes de Pitt la completan Logan Lerman (Noé, Un invierno en la playa), Shia LaBeouf (Yo Robot, Wall Street: El dinero nunca duerme) , Jon Bernthal (El lobo de Wall Street, The Walking Dead) y Michael Peña (Crash, World Trade Center). LeBeouf -taimado y mano derecha del sargento-, Bernthal -pasado de todo- y Peña una mezcla de ambos- son los más veteranos, de personalidades distintas pero a los que la guerra ha pasado factura.

En cambio, Lerman, desempeña un papel demasiado obvio; a caballo entre la reflexión y la cobardía, y antibelicista, pese a que como el propio sargento advierte "El ideal es la paz, pero la historia es violenta". Se le ve venir desde los primero fotogramas y eso lastra el devenir del filme. Recién llegado al grupo, es el que pone en cuestión toda la maquinaria bélica. Un registro que para los amantes del género chirría y recuerda lamentablemente al del Cabo Upham en Salvar al soldado Ryan.

Es esa obviedad en el reparto de personajes y la falta de contenido en los diálogos -escenas tan tensas y dramáticas, como la del pueblo, caen por la borda por la falta de chispa en las frases- los que minan una película entretenida; donde los decorados, el vestuario y las secuencias de acción salvan del suspenso al trabajo de Ayer. Pero al César lo que es del César; porque ese mínimo detalle sí que está bien cuidado en la película y es digno de alabar.

Y es que, curiosamente, un total de 700 trajes entre las tropas estadounidenses y alemanas, confeccionaron el equipo del reparto. Chaquetas, botas y botones traídos desde Berlín, desgastadas a propósito para ver los estragos de la guerra que proporcionan una veracidad aplastante, logrando ocultar en muchos momentos de la cinta, las penas del guión. Historia de lo que pudo haber sido y no será.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Argoderse
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