Serie que vi en maratón esta Nochebuena. Cuenta la historia de un grupo de amigos que ven envueltos en una trama misteriosa cuando uno de ellos desaparezca y conozcan a una niña muy peculiar.
La fuente principal de esta serie está muy clara: el uso maestro que tiene Stephen King de contar historias en los que los protagonistas son niños. Se nota el estilo King en todo momento: poderes sobrenaturales, seres monstruosos, el uso de objetos cotidianos para resolver alguna trama o descubrir alguna pista… abuno en spoiler. Y luego está mezclado con la nostalgia que despierta en la sociedad los míticos años ochenta cinematográficos.
No niego que sea buena serie. Tiene buen ritmo, con unos finales de episodio que te obliga a ver el siguiente; personajes bien definidos (la mayoría); buenos actores, aunque el que más me gustó fue el chaval que hace de Mike.
Lo que pasa es que la nostalgia no es suficiente. Se debería escribir una historia en la que la inspiración fuera sutil, no disparos a bocajarro al subconsciente colectivo.