Tomadura de pelo, blasfemia inmoral y vomitiva. Mario Casas es la vergüenza ajena personificada, por no saber, no sabe ni hablar. El guión es lamentable en todos los sentidos de la palabra. Hecho por y para quinceañeros/as/canis que no han visto buen cine jamás, y no saben lo que es un libro, cuya única aspiración es matarse en una moto sin casco y/o ser una guarra.

-Mejor escena de la película: Esa en la que Mario Casas propina una paliza de muerte a un chaval sin motivo alguno, y la novia de éste ni se preocupa por él y sin meditarlo dos veces se fuga con Casas, aka H. (Ay, dios mío)

-Mejor actuación de la película: Sin lugar a dudas, LA CAMISETA DE MARIO CASAS. La cual debo reconocer, no aparece mucho, no tiene gran protagonismo. Pero he de decir que cuando aparece, lo hace a lo grande. Grande, gran actuación. Cuando ha de hacerlo, desborda una admirable intensidad.

Para cerrar la crítica a esta basura infecta, decir que gracias a su buen recibimiento en las salas de cine español, todas ellas llenas de personas cuya cabeza está más vacía que las pelotas de Nacho Vidal, han conseguido lo que querían: UNA SECUELA. Tengo ganas de ti, desde ya en sus pantallas.

¡Disfruten del espectáculo!