Más que una historia de amor idílico, este film nos muestra una espontánea y real relación de pareja, con personajes de carne y hueso, que aunque con sus momentos difíciles, se aman por encima de todo.

Pero creo que la película intenta ir más allá cuando el marido de Holly muere. Es el momento de ahondar en esa mezcla de sentimientos de soledad, de perder lo que uno quiere e incluso de llegar a replantearse por unos días su propia identidad. Sin embargo, en esa tormenta de desesperación en la que parece que va a enloquecer, empieza el camino hacia la verdadera Holly.A través de varias cartas escritas por su marido antes de morir, se encuentra consigo misma y con su pasado, abre los ojos y se da cuenta de lo afortunada que es teniendo una familia y unas amigas que la apoyan en cada paso que da.

Aunque con un tono un tanto agridulce y jocoso somos capaces de vernos identificados en muchos rasgos y situaciones de sus personajes. La banda sonora es estupenda y acompaña a la perfección los distintos estados de ánimo. Por último, destacar el país de Irlanda, como un personaje más del film.

Eso sí, para los más sensibles, recomiendo comprar clinex antes de ver la película,ya os podréis imaginar por qué.