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Voto de CODY JARRET:
7
Romance. Drama Narra la historia de amor entre una joven enferma terminal (Mia Wasikowska) y un chico (Henry Hopper) al que le gusta asistir a funerales. A la pareja se le aparece el fantasma de un piloto kamikaze japonés (Ryo Kase) que murió en la II Guerra Mundial (1939-1945). (FILMAFFINITY)
10 de diciembre de 2011
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y puede que sea verdad. No hay que hacer nada para morir, puede llegar en cualquier momento, de repente, tras una larga agonía, plácida o violentamente, de mil y una manera, pero siempre llega, queramos o no, y por desgracia es lo único que nos hace iguales, ni leyes ni derechos. Ahora bien eso del amor, es otra cosa, queramos o no, puede llegar o no, confundirse o no, la muerte es inconfundible. Unos se suben al tren nada más dejar el anterior, no sé si esto es amor o miedo a la soledad, otros no pasan del andén, miedo a uno mismo, y en medio tantos tipos de viajeros como medios de desplazamiento, pero el viaje siempre es complicado.

Gus Van Sant, en su último trabajo, nos entrega una película de morbosidad entrañable, tierna y algo mágica si se quiere, pero en ningún caso lacrimógena, donde como ya he adelantado más arriba, hay 2 temas entrelazados, amor y muerte. A través de la muerte, 2 personajes se conocen, uno ha sido golpeado por la parca, y la otra tiene una cita con ella en unos 3 meses. En 3 meses se pueden hacer muchas cosas, desde enamorarse hasta aprender a tocar el xilófono. El chico, no acepta la tragedia, la chica, no le queda otra, y durante esa corta espera, se condensa un amor como cualquier otro. Él acude a funerales ajenos, quizá por no haber podido asistir al inesperado, mientras pasa el rato con un fantasma japonés y kamikaze de la segunda guerra mundial, y ella como naturalista o coleccionista de bichos raros, amante de Darwin, lee libros de ornitología, dibuja pájaros, esos pájaros que creen que cada noche van a morir, pero que al despuntar el sol, cantan de alegría por otro rayo de luz. Y en uno de estos funerales se conocerán, se enamorarán y se ayudarán. No faltan los toques de humor negro y algo retorcido, y se agradece, ya que no es una historia trágica al uso, sino complaciente con lo que nos espera.

Él es Henry Hopper, hijo de Dennis Hopper al cual está dedicada la película, y realiza una más que digna interpretación, y ella es Mia Wasikowska, la última Jane Eyre, nuevamente maravillosa, frágil y casi etérea.

Cierta crítica especializada ha tachado a Restless de cursi, espantosa, ridícula, yo no lo veo así, me ha parecido una buena película, casi un cuento con ribetes de irrealismo mágico, quizá por que uno está en uno de esos días en que necesita olvidarse de primas de riesgo, de vecinas del quinto, de apóstoles del pasado y que en cualquier momento, aunque sea en un funeral, puede saltar la chispa de la vida, y no me refiero a la coca cola, aunque como a esta, también acabe por írsele el gas.

Me hubiera gustado llevarte a las Galápagos
CODY JARRET
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