Salta a la vista que Steven Spielberg quiso disimular su verdadero objetivo para hacer la secuela, que no era otro que ganar pasta, bajo el manto de una obra más seria y oscura, pero se pasó de frenada y sólo logró una secuela sin alma. Oye, objetivamente es una buena película de ciencia ficción, pero si sumas la alargada sombra de la original con la ausencia de carisma de esta hacen que el descalabro sea acusado.

En pocas palabras, "El mundo perdido" resulta aburrida. La vi siendo un niño y ya entonces me lo pareció, y ahora lo he confirmado. Es un insípido bache entre la genuina primera parte y la estrambótica tercera, cada una brillantes en sus campos, pues salvo unas escenas finales con el tiranosaurus desatando el caos por la ciudad, que muy mal había que hacerlo para que no fuese un festival, en el buen sentido de la palabra*(1), todo lo demás se mueve en el terreno de lo inexpresivo.

Para muestra, unos protagonistas que no recordarás, aunque el guionista se esfuerce en otorgarles personalidad (la aventurera tocalotodo, el magnate sin escrúpulos, el cazador chiflado). Ni siquiera recordaba que era Julianne Moore la actriz protagonista, lo que da muestra de lo poco que me impactó, pues la jeta de Sam Neill y Laura Dern se me quedaron grabados por los siglos de los siglos.

Jeff Goldblum, no me matéis, jamás me hizo demasiada gracia. Aquí, tampoco. Vince Vaughn cumple con su cometido de ser el activista guapete del grupo, mientras que Pete Postlethwaite está tan exagerado que cae simpático, pero los demás, nada de nada, especialmente una niña a la que quieres que se la coman con rapidez. No es una mala película, pero una vez terminada no la recordarás ni un segundo, tal es su vulgaridad.