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España España · Barcelona
Voto de Jaime Flores:
9
Drama Michael Corleone, heredero del imperio de don Vito Corleone, intenta rehabilitarse socialmente y legitimar todas las posesiones de la familia negociando con el Vaticano. Después de luchar toda su vida se encuentra cansado y centra todas sus esperanzas en encontrar un sucesor que se haga cargo de los negocios. Vincent, el hijo ilegítimo de su hermano Sonny, parece ser el elegido. (FILMAFFINITY) En diciembre de 2020 se estrenó en cines y ... [+]
13 de julio de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han pasado dieciséis años y ya nada es igual. Ni Nueva York es la misma, ni el mundo de la mafia es el mismo ni tampoco lo son Michael Corleone ni el propio Al Pacino. La ostentación de los tiempos pretéritos ya no existe y la intensidad de sus vidas ya no es la que era. Lejos queda la época en la que Michael Corleone era el amo del mundo y se comportaba como tal. Ahora, la decadencia llena todo su mundo y lo destruye poco a poco.

Del mismo modo que el paso del tiempo le perjudica en muchos aspectos, también le favorece en algunos otros. El hecho de reencontrarte con unos personajes que conoces bastante bien es algo que suma a su favor. Volver a ver a Michael Corleone es parecido a lo que ocurre con Simba en la secuela de “El rey león”. Les conoces, has crecido con ellos y has sido testigo de sus tragedias, curiosamente, ambas historias guardan cierto parecido: tratan sobre una saga familiar y tienen un protagonista que debe endurecerse para hacer frente a todo lo que se espera de ellos, que no es nada menos que dominar el mundo. Su mundo. Casi nada.

Michael Corleone, ahora, ya está de vueltas de todo y lo único a lo que aspira es a tener una vejez con cierta paz, tanto física como espiritual. Al Pacino realiza, una vez más, una actuación magistral y, tanto él como la película en su generalidad, dan el cierre a uno de los personajes más interesantes que se han creado nunca. El mejor no lo sé, porque hay muchos y muy buenos, pero, sin duda, Michael Corleone es el personaje mejor plasmado, mejor interpretado y poseedor de la evolución más asombrosa que se ha visto nunca.

Por otra parte, Diane Keaton y Talia Shire por fin reciben la atención que merecen y sus personajes logran convertirse en imprescindibles en esta última parte. Junto a Pacino, forman el trío superviviente de una historia sin igual. El dolor y el cansancio que arrastran después de una vida siempre en alerta están perfectamente conseguidos. Tres seres que superaron la tragedia y aprendieron a vivir con ella, los últimos de una generación que ya no existe.

Andy García también lo hace muy bien. Evidentemente, no es Pacino, ni Duvall, ni Caan, pero sale airoso de esa pedazo de faena que era ser el sustituto, de alguna manera. La que no hay por donde coger es a la hija del director. Su falta de talento para la actuación es manifiesta y, ante eso, no hay Dios que pueda hacer nada.

La película, hasta los últimos cuarenta minutos, podría ser valorada como una obra notable, pero es a partir de entonces cuando crece hasta lo inesperado y nos ofrece uno de los finales más impresionantes, a la par que extensos, que se han hecho. Creo que nunca he sufrido tanto con la resolución de una película. Pero sufrir de tener el corazón acelerado y terminar de pie, con las manos rodeándome el rostro ante tal culminación. Esos últimos minutos son los que hacen de “El padrino III” una obra maestra.

El aura que tenían sus predecesoras no se mantiene en “El padrino III”, pero no por ello es peor. De hecho, me parece bastante superior a la primera. A la segunda no, básicamente porque es imposible mejorar la perfección.

PD: el grito de Al Pacino merecía un Oscar. Y ni le nominaron...
Jaime Flores
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