Uno se pregunta una y otra vez qué está haciendo mal, porqué no acierta nunca, cómo es posible que todo le salga mal, pero si soy culto, tengo estudios y trabajo, hago deporte y hasta soy educado y alegre, joder, y aun así soy un desastre, es que no hay manera...

Por suerte aparecen de vez en cuando series como MENTIRAS donde sus avispados directores y actores se esfuerzan por aclararnos las ideas (intuyo que el Ministerio de Igualdad también echó una mano y un par de millones al asunto, por ello también muchas gracias).

Pues bien, tras los preceptivos agradecimientos paso a resumir que no espoilear la citada serie; un español (mal empezamos...) viudo, padre soltero ejemplar, cirujano, guapo y atractivo, deportista y preocupado por los suyos comete el error (grave por supuesto) de ser heterosexual y atraído única y exclusivamente por las mujeres (gravísimo sin duda) motivo por lo cual y obviamente no puede ser normal, debe ser un maníaco violador que no contento con valerse de su atractivo físico fascista, echa droja en la bebida de sus inocentes, recatadas y honorables ligues para después abusar de ellas, sin hacerle falta por cierto, ya que ellas se mojan en su presencia cual atún del Cantábrico.

Por supuesto, para que podamos ver la luz, la productora nos ofrece los comportamientos correctos para ser honorables y podamos ganarnos el salvoconducto de buen ciudadano como por ejemplo las lesbianas esperando su hijo, el padre moro maltratador, pero no mucho, actitud más que aceptable y corregible para un extranjero en España, hija mora (con pañuelito reglamentario y aconsejable en la cabeza) que se queda preñada por el niñato español de turno que sin duda la penetró con artimañas y engaños propios de los fascistas, menos mal que el aborto es libre y salvador, sin tener ella ningún tipo de responsabilidad, claro, la madre y esposa de una familia modélica que, muy bien por cierto, ella trabaja mientras el marido se queda en casa cuidando de los niños y ella se va follando al que pilla, pero como lo hace ella y no él, son todo risas y no es para tanto, es lo normal e incluso recomendable...

Y mientras... ¿Qué pasa con el prota? pues nada, el tío no tuvo suficiente con tener la poca vergüenza de estudiar una de las carreras más difíciles entre las que se puede optar, despreciando asquerosamente una paguita del Gobierno para compartir un piso de 60 metros cuadrados con otros 5 y fumar porros hasta caer rendido, que encima va y se compra una buena casa en un barrio lleno de fascistas y hasta se pilla un coche ¡¡de gasolina!! despreciando como español autoritario que es el medio ambiente y contribuyendo al cambio climático ¡qué asco! Y además el muy sinvergüenza viste bien, y trabaja con ahínco, es educado, cortés y detallista y... ¡ay ay ay! cuida de su madre anciana y enferma... ¿se puede ser más abominable?

Gracias a Alá que los directores ponen los puntitos sobre las íes y nos enseñan que alguien así tiene que ser necesariamente un enfermo sádico peligroso enemigo de las mujeres, así que, si eres una de ellas valora las opciones que tienes si quieres convertirte en una futura buena ciudadana: ser lesbiana obviamente, elegir un magrebí maltratador, pero sin pasarse y si se pasa reconoces tu culpa por supuesto, quedarte embarazada cuantas veces te apetezca por no usar ningún anticonceptivo que para eso tu Gobierno se ha esforzado por aprobar el aborto libre y, si pese a todo lo que te hemos advertido, todavía sigues siendo una enferma y cortita de mente y, pese a todo, optas por un español de buen ver, buenos modales que en el colmo del empoderamiento y la hipocresía te trata bien, que sepas que tu vida está en peligro.

Avisada quedas querida.