Película magníficamente dirigida con buen diseño de producción, una puesta en escena y estéticas excelentes -se nota la hábil y experta mano del director Edgar Wright- que se descalabran hasta los abismos de la mediocridad con un guión estereotipado y simplón, llegando a lo ridículo sin querer buscar la comedia negra o la sátira.

Película que intenta imitar a "Repulsion" de Polansky para retratar la locura de una mujer -transpira homenaje/imitación a lo largo de la película- pero "Last Night in Soho" reduce cualquier evento a "hombre blanco hetero es malo", de hecho es malísimo y ha de ser asesinado.

Película que hará las delicias de la juventud psicópata y completamente alienada que nos rodea actualmente ya que juega con todos los estereotipos baratos y completamente vacíos que repiten constantemente.