Peliculón entrañable, mezcla de thriller scifi con toques de drama familiar - pero sin llegar a la ñoñería de E.T. - , con FX (Douglas Trumbull) pero sin una realización frenética y triples saltos mortales como se lleva ahora. De hecho, diría que, aparte de alguna maqueta, casi todo está resuelto a base de luces de colores. Esa estética se marcó a fuego en la cultura popular: las discotecas se iluminaban así, y los discos de la E.L.O. o los directos de Daft Punk chupan también de ahí. Hasta El gran marciano se podría considerar un remake paródico.

Aparte del rollo magufo, rascando un poco también se podría hablar del enfrentamiento entre la gente de a pie y el gobierno y los medios, ocultando la verdad y blablablá. Vista ahora es gracioso cuando le echan la culpa a un escape de gas para obligar a todo el mundo (menos a los que están en el ajo) a ponerse máscaras, pero luego para subirse a la nave les piden estar vacunados.

Spielberg estaba sembrado en aquella época: Tiburón en el 75, ésta en el 77, En busca del arca perdida en el 81, E.T. en el 82... (1941, del 79, no la cuento porque fue bastante bluf).

Un 7, la daría un 8, pero no quiero.